Dios es maravillosamente intencional, pero también específico y eso lo hace sumamente especial, independientemente de que “es Dios” es singular, extraordinario y divinamente personal. Tú le importas, hace de tu causa su causa y de tus enemigos sus enemigos. Mientras miras imposibles Él señala posibilidades, mientras ves obstáculos él reitera sus promesas… No dice ya te bendije muchas veces, busca llevarte a nuevos niveles de fe para que vivas por todo lo alto tu nueva temporada. Los bruscos estirones o turbulencias del trayecto solo te hacen más firme en tu determinación inquebrantable, porque mientras te apuras Dios se apresura. No te desenfoques en creer algo parecido, esfuérzate en confiar puntualmente y creerle esa promesa específica.

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