El verdadero reto del basket

Que nadie se llame a engaño. La selección dominicana de baloncesto ha conseguido un gran objetivo en la Copa del Mundo de España: clasificar a segunda ronda.

Que nadie se llame a engaño. La selección dominicana de baloncesto ha conseguido un gran objetivo en la Copa del Mundo de España: clasificar a segunda ronda.Nadie puede dudar acerca del éxito del equipo dominicano, que ahora tiene de frente un compromiso frente a Eslovenia en octavos de final. Ya lo que pase de aquí en lo adelante es un bono.

Hay que reconocer el gran nivel de las selecciones de los países que participan en ese evento y, aunque un triunfo sobre los eslovenos luce algo improbable, hablamos de baloncesto, deporte en el que se juega 12 contra 12 y todo puede suceder. No se puede descartar nada.

La meta siempre fue avanzar a la segunda ronda y colocar al basket dominicano entre los mejores 16 del mundo. Se logró. Sin embargo, pase lo que pase, avancemos o no avancemos, Eslovenia nos gane de 20 o de tres, entiendo que nuestro baloncesto debe empezar a ver un poco más para allá. Debemos dar el siguiente paso. Tenemos el material en la cancha, en lo técnico y también en las oficinas, así que por qué no pensar en grande, creernos merecedores de más.

Si no podemos hacer eso por determinadas razones entonces hay que profundizar en la búsqueda de los mecanismos que nos permitan conseguirlo, imitar a los países dominantes si es posible, guardando la distancia en lo económico.

El desarrollo de las categorías menores debe seguir. Es lo único que nos garantizará que en el futuro podamos dar el gran paso al que me refiero, que abandonemos esa mentalidad tercermundista y podamos ver a Eslovenia o a España o a Estados Unidos de tú a tú.

Esta selección y sus últimas puestas en escena debe tomarse como punta de lanza en tales propósitos y debe convertirse en una fuente de inspiración para que nuestra niñez y nuestra juventud se mantenga en el deporte.

El reto, más que un triunfo ante Eslovenia en octavos de final, es procurar, bajo todos los medios necesarios y posibles, que el baloncesto dominicano no caiga de nuevo en la oscuridad que significa durar 36 años para participar en un Mundial. Que después de aquí República Dominicana no desaparezca del mapa. Que este sea el verdadero despegue.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas