El actor, que este año ha descendido a los infiernos del papel couché por cantar su amor a la cocaína y las orgías, regresa desde la tumba televisiva en forma de máscara de plástico. Que se preparen los temidos Freddy Krueger, Jason Voorhes o el propio muñeco Chucky. Van a quedar en el olvido ante el poder de la careta que más se vende en las tiendas de Estados Unidos.
Halloween se celebra el lunes, en la víspera del día de Todos los Santos. Los más pequeños salen a la calle disfrazados, con cubo en mano, a la caza de chucherías. A los vecinos tacaños que se las nieguen, les prometen un susto. Es probable que este año ese susto sea verse al propio Charlie Sheen en la puerta de casa. En marzo, el actor, el mejor pagado de la televisión, fue despedido después de insultar repetidamente a los productores de su serie, Dos hombres y medio. Cobraba 1,3 millones de euros por episodio.
De hecho, varias casas de disfraces anunciaron que las carteras del actor se habían agotado rápidamente y algunos locales aseguraron que, aunque intentaron reemplazarlas con la de Ashton Kutcher (quien ocupó su lugar en la serie), no tuvieron la misma suerte.
¿Y creen que ser motivo de burla en Halloween le molesta a Sheen? Para nada. El 18 de octubre posó para una foto con su propia máscara y, carente de cualquier humildad, la colgó en Twitter acompañada del comentario: «¡Sheenius!» (Una alteración de la palabra «genius», genio en inglés). La máscara de la foto, por cierto, está tan bien hecha que no se sabe si es ella la que sujeta a Sheen o al revés. ¿Por qué toda esa promoción por parte del actor? Según informa la web TMZ, Sheen y la empresa Live Nation se llevan un porcentaje de la venta de cada máscara. Halloween puede hacer rico al monstruo que este año está de moda.
Se acerca Halloween y el de Lady Gaga es el disfraz más preciado. Resulta fácil. Con tres kilos de carne cruda y una grapadora, se puede lucir el mismo modelo que la cantante eligió para los premios MTV, en septiembre. Cualquiera de sus extravagantes atuendos hechos a veces de globos, cinta adhesiva y lycra, pueden servir de inspiración en la gran fiesta de disfraces de hoy.
La cantante ha visto el filón y en su tienda online de Estados Unidos vende réplicas de sus vestidos por 50 dólares (unos 36 euros). Otros famosos que son muy demandados en trajes son Amy Winehouse, a Mark Zuckerbeg y Michael Jackson.
Un total de 148 millones de norteamericanos tomarán parte en Halloween. Se gastarán, en disfraces y decoraciones, una media de 47 euros por persona, generando un gasto total de 4.100 millones de euros. El año pasado, los triunfadores fueron el fallecido Michael Jackson y el financiero y delincuente Bernie Madoff. Fue un mal año para la economía de EE UU, y se notó en las ventas.
