Introducción:

En mis cuatro entregas pasadas traté, sobre todo, sobre la campaña electoral en los días inmediatamente anteriores a las elecciones y sobre el día mismo de las elecciones. En esta última entrega quiero ofrecer unas pocas reflexiones sobre el tiempo inmediatamente post-electoral y sobre unos temas pendientes en materia electoral que van más allá de las elecciones. Todas ellas están tomadas de mensajes de la Conferencia del Episcopado Dominicano, relativas a elecciones de los años 1996, 2004 y 2012.

1. Paz, serenidad, cordura
“No permitamos que la pasión nos domine. La pasión es mala consejera. Impide la reflexión y torna insensato e incoherente al ser humano. Hace difícil la convivencia y destruye la unión tan necesaria para enfrentar los problemas que nos afligen.

Necesitamos nacionalmente paz, serenidad y cordura y no es justo que las pasiones desatadas, personales o grupales, las amenacen  y destruyan (año 1996).

2. Saber ganar y perder
“En toda contienda, sobre todo cerrada, hay que estar dispuesto a ganar y a perder y tan digno de respeto y admiración es el que sabe perder como el que sabe ganar. El que pierde en sus aspiraciones a gobernar una nación en una democracia electiva no es despojado de un derecho adquirido, sino que simplemente, por esta vez, otro es el preferido por la ciudadanía. Frecuentemente por complejas y diversas razones.

No es el candidato, sino la mayoría de los electores la que tiene el derecho a definir quién será el que rija los destinos de la nación”  (años 1996 y  2004).

3. Triunfalismo peligroso
“Es lo sensato en una contienda que, como hemos dicho, tiene que declarar a uno de los dos perdedor.

La expectativa exagerada de triunfo puede generar después frustraciones muy hondas que tienten a algunos a protestas estériles o, lo que es peor aún, a violencias trágicas e inadmisibles. 

No es violencia sino tranquilidad, serenidad y colaboración de todos lo que la patria necesita para enfrentar los graves retos que tenemos por delante” (año 1996).

4. Después de la campaña
“Una campaña electoral tensa y agresiva ha radicalizado visiones, planteamientos, actitudes y sentimientos de demasiados dominicanos y ha debilitado no sólo la cohesión nacional, sino también la de muchas familias y grupos sociales.

Se impone olvidar generosamente desavenencias, agravios y enfrentamientos, y recuperar rápidamente la unión y cohesión nacional.

En esa oración, que el mismo Cristo nos enseñó y que tan familiar es a todos los dominicanos, el «Padre Nuestro”, se nos manda perdonar a los que nos han ofendido para que Dios nos perdone nuestras ofensas.

“Todo reino dividido, perecerá”, dijo Jesucristo. Trabajemos, pues, intensamente en la reconciliación de todos para que juntos empecemos a resolver con entusiasmo y eficacia los problemas que nos envuelven y entorpecen.
No olvidamos que nuestros fieles están afiliados a diversas opciones políticas, y de todos nos sentimos Pastores”  (año 1996).

5. Medidas para el futuro
La Conferencia del Episcopado Dominicano en su mensaje del 27 de febrero 2012, en el que trata ampliamente el tema de las elecciones, proyecta su mirada más allá del 20 de mayo de 2012 y afirma que “distintas medidas vendrían a ser pertinentes en la situación actual de la República Dominicana.” He aquí las nueve medidas que propone:

1. En primer lugar, la Ley de Partidos Políticos, que  ha sido tan esperada por la Sociedad Dominicana, y dejada durante más de una década fuera de la agenda  congresual; siempre anunciada, mas siempre postergada ¿Dónde están los valientes legisladores que se atrevieron a romper con esa prolongada irresponsabilidad?

2. En segundo lugar, la aprobación de una Ley de Campaña Electoral, que le ponga fin al dispendio de recursos en la política partidista y que paute el financiamiento y los tiempos de las campañas proselitistas.
3. En tercer lugar, poner la mirada en el fortalecimiento de la democracia. Tanto los líderes políticos como el pueblo en general deben abrir el horizonte de la participación a las nuevas fuerzas emergentes y al liderazgo renovado, que no necesariamente se puede encontrar en los grandes partidos políticos tradicionales. Es importante que, para que tengamos una mejor y fortalecida democracia, se les dé mayores oportunidades  a los  partidos minoritarios, cuyos líderes demuestren tener un auténtico espíritu de servicio desinteresado a la Nación, planteen una mejor plataforma política con una visión clara de lo que significa gobernar un país con sentido de justicia y teniendo como norte el bien común, ofrezcan un programa de gobierno que responda a las mas urgentes  necesidades del pueblo, y sobre todo, que puedan exhibir en su hoja de vida social, pública y privada, una mayor coherencia con los principio éticos y morales, particularmente, lo que tiene que ver con la honradez, el trabajo y la disciplina. Conjuntamente con  todo esto precisamos:

4. Romper radicalmente con las prácticas corruptas del enriquecimiento ilícito a través del ejercicio de la política, que desencanta a nuestros jóvenes, los cuales terminan abominando estas prácticas inmorales y clientelistas, desencantados por este obrar que desaloja cualquier criterio de ciudadanía y torna a los partidos en meras agencias para dispensar favores de compromisos electorales.

5. Campañas más cortas en el tiempo. El tiempo legal o plazo para la Proclama que inicia la Campaña Electoral debería ser de no más  de cuatro (4) meses antes de las elecciones. Aunque, bien podría el Pleno de la Junta Central Electoral en atención a lo dispuesto en el artículo 6, literal a) de la Ley 275-97: “Modificar, por medio de disposiciones de carácter general, pero únicamente para una elección determinada, los plazos que establece la presente ley para el cumplimiento de obligaciones o formalidades, o para el ejercicio de derechos, ya sea en el sentido de aumentar o en el de disminuir los plazos, cuando a su juicio, fuere necesario o conveniente para asegurar más eficientemente el ejercicio del derecho del sufragio”.

6. Tope en el gasto. La razonabilidad exige hoy ponerle un límite, un tope, al gasto de campaña, ya que principios económicos, elementales, como la Ley de Rendimientos Decrecientes, por ejemplo, vienen a servir de advertencia para que se enjuicie la necesidad real de no emplear irracionalmente tanto dinero sin que esté presupuestado, en la procura del favor de una voluntad política, cuando llega un momento en el que la saturación en el uso de la propaganda en los medios de comunicación viene a ser contraproducente.

7. Equidad en el uso de los medios de comunicación. El uso desproporcionado e injusto de los medios de comunicación es una realidad en las campañas electorales. Las encuestas de preferencias electorales proporcionan cierta orientación respecto de hacia donde se encuentra la intención del voto de la mayoría, en un momento determinado, y señalando en la realidad hacia donde fluirán los recursos económicos y las posibilidades de presencia en los medios de comunicación, ya sea porque esos candidatos puedan pagar la tarifa o porque se les concedan tarifas privilegiadas o gratuitas. De donde, para garantizar el equilibrio de la pluralidad y para que no se concentren injustamente las posibilidades de participación en los medios, es preciso que esta participación sea reglamentada, a fin de que los votantes tengan la posibilidad de escuchar todas las plataformas de la oferta electoral, sin exclusiones caprichosas e interesadas.

8. Uso legal de los recursos del Estado. Los únicos recursos del Estado que los partidos pueden utilizar lícitamente, en la campaña electoral, son aquellos que éstos reciben como asistencia económica del Estado y que les entrega la Junta Central Electoral, de conformidad con la ley vigente. Todos los demás recursos estatales que se utilicen en la campaña son ilícitos y contrarios a la Ley General de Presupuestos y Gasto Públicos.

9. Debate de candidatos. Aun cuando no ha estado presente en la tradición política de nuestras campañas electorales, muchos entienden que el debate entre los candidatos presidenciales podría servir como un elemento importante a los fines de que se reduzca el tiempo de campaña y de que la población sea debidamente edificada respecto de a oferta programática de cada candidato.

CONCLUSIÓN:

CERTIFICO que las elecciones del 20 de mayo 2012 no se han cerrado todavía, porque permanecen aún abiertas en sus consecuencias y en las medidas que se deben tomar para que las de mayo 2016 sean mejores.

DOY FE, en Santiago de los Caballeros a los 24 días del mes de mayo del año del Señor de 2012.

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