Terremoto en Japón: como sacado de un guión de cine

Pareciera que lo hemos visto antes. Pero las imágenes del devastador terremoto seguido de un tsunami que hemos estado viendo continuamente en…

Pareciera que lo hemos visto antes. Pero las imágenes del devastador terremoto seguido de un tsunami que hemos estado viendo continuamente en la televisión son reales. No es otra película de Hollywood sobre algún futuro desastre, es la cruda realidad. Sin embargo, producciones cinematográficas que tratan estos temas ya las hemos visto, así que sentir de a poco lo que sucede, al parecer no es tan difícil.

Las imágenes que hoy vive Japón parecen sacadas de una película apocalíptica al estilo de Roland Emmerich, experto en llevar al cine catástrofes como las de «Independence Day», «The Day After Tomorrow» o «2012». Pero ahora, esas imágenes no son fotogramas, sino la triste actualidad. Y realidad.

Emmerich no es el único, ni el primero, que se ha hecho un nombre a base de contar el fin del mundo. A finales de los 90, películas como «Armageddon» y «Deep Impact» hablaban de impactos de meteoritos sobre la Tierra, mostrando la destrucción, el caos y la tragedia humana. Y una y otra vez, el monstruo japonés «Godzilla» reaparecía encarnando todo tipo de miedos ancestrales y amenazando la civilización.

En 2008 llegó a las pantallas niponas el filme animado «Ponyo», de Hayao Miyakuzi, que un año más tarde se estrenó en España y América Latina. La cinta habla de la violencia de la naturaleza, con enormes olas que amenazan un pueblo costero. La pececita «Ponyo» y su amigo humano intentarán evitar una catástrofe. Y también la apocalíptica «The Road», basada en la novela homónima de Cormac McCarthy, habla de dos almas que caminan juntas en busca de un futuro en medio de una misteriosa catástrofe medioambiental. Apocalipsis después del apocalipsis.

Pero mientras en Japón las salas de cines han retirado la proyección de «Más allá de la vida» (Clint Eastwood), que comienza con la recreación de un demoledor tsunami, la amenaza nuclear que vive el país pone de actualidad un buen puñado de películas que surgieron sobre todo durante la etapa de la Guerra Fría.

Una de las más drásticas es «The Day After» (1983), sobre la guerra atómica y la consiguiente destrucción de las estructuras sociales en Estados Unidos. También la película animada británica «Cuando el viento sopla», de Jimmy T. Murakami, habla de las consecuencias de una guerra semejante.

«El síndrome de China» (1979), con Michael Douglas, Jack Lemmon y Jane Fonda, hace del accidente en una central nuclear americana un thriller político, lo mismo que «Silkwood», protagonizada por Meryl Streep. Inspirada en hechos reales, este alegato antinuclear cuenta la historia de una obrera y sindicalista que busca demostrar la ineficacia de las medidas de seguridad en una central, pero muere en extrañas circunstancias.

Las explosiones en los reactores de la central japonesa de Fukushima I, en el noroeste de Tokio, reavivaron el miedo a una catástrofe de dimensiones similares a la tragedia de Chernóbil, el 26 de abril de 1986. Aquel «Innocent Saturday» fue llevado a la gran pantalla por el aclamado guionista y cineasta ruso Aleksandr Mindadze y estrenado hace apenas un mes en la Berlinale. «Para nosotros, los rusos, Chernóbil está muy presente. Se ha grabado a fuego en nuestras memorias», dijo entonces el realizador.

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