Semana Santa: de ayer y de hoy

Antes, la Semana Santa era realmente santa. Las personas asumían una manera de actuar y hasta de hablar, totalmente diferente durante esos días.…

Antes, la Semana Santa era realmente santa. Las personas asumían una manera de actuar y hasta de hablar, totalmente diferente durante esos días.  
Mi abuela, por ejemplo,  me contaba que las emisoras de radio tocaban solo música clásica y la programación en los canales de tevisión era sustituida por películas basadas en historias Bíblicas.

Una malapabra o “sanantonio”, durante esos días, era algo imperdonable y el responsable de aquella osadía recibía un castigo tan severo que jamás volvía a incurrir en lo mismo.

El Jueves Santo, después del mediodía, estaban prohibidos los ruidos, nadie podía levantar la voz. El silencio era común en las casas y en las calles. Hoy, nada es igual. Es verdad que la Iglesia Católica desarrolla un amplio calendario de actividades para conmemorar la muerte y resurrección de Jesucristo, y que los templos se ven repletos de feligreses que entusiastas acuden a profesar su fé, pero lo que más resaltan las personas, es el hecho de que pasarán unos cuantos días de vacaciones. Los planes de las personas no son precisamente acudir a la iglesia o reflexionar acerca del sacrificio de Dios, al dar a su hijo en sacrificio y de Cristo al entregarse para la crucifixión, para nada.  La agenda incluye, playas, balnearios y resorts; y en la lista de cosas para llevar, no faltan los diminutos bikinis tipo tangas, las bebidas alcohólicas y otros artículos de “primera necesidad” para pasar unas vacaciones “ como es”. Ese es el hecho, que se han convertido en las esperadas vacaciones de verano y esos días hay que aprovecharlos al máximo. Conversamos con Francisco José Arnaiz, Obispo Emérito de Santo Domingo, quien comparó la forma como se celebraba la Semana Santa antes y ahora. Reconoce que el cambio es enorme,´pero le consuela ver la cantidad de personas jóvenes que acude a las actividades desarrolladas por la iglesia durante esos días, lo resume diciendo: “ hay gente para todo”. 

El sacerdote describe el cambio con una frase: “Antes, la gente decía Santa Cuaresma y ahora dicen vacaciones de Cuaresma”.  Esperamos que estos días de asueto se imponga la cordura y que el lunes vivamos para contarlo. 

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