Lo que bien puede ser un absurdo del sistema impide que los recién nacidos con enfermedades de altos costos o catastróficas sean protegidos por el Seguro Familiar de Salud.
A la redacción de elCaribe han llegado denuncias de familias que han debido cubrir los tratamientos de sus hijos recién nacidos a los que de inmediato se les han diagnosticado enfermedades consideradas catastróficas.
De acuerdo con las denuncias, la cobertura en esos casos es muy limitada y tanto los centros clínicos como las aseguradoras de riesgos de salud se limitan a señalar que el reglamento sobre el Seguro Familiar de Salud y el Plan Básico de Salud establecen un mínimo de cotizaciones para la cobertura y tratamiento de enfermedades de altos costos.
Cotizar un año
El inconveniente se presenta a la luz de la interpretación que dan las ARS y el Plan Básico al Artículo 29 del Reglamento, referente a los períodos mínimos de cotización, y que precisa que “Para acceder al tratamiento de enfermedades o procedimientos definidos como de alto costo y complejidad por el CNSS, podrán exigirse períodos mínimos de afiliación al Sistema, que en ningún caso podrán ser superiores a 12 meses continuos o 18 discontinuos”.
El tercer párrafo de dicho artículo señala que “Cuando el afiliado esté sujeto a períodos mínimos de cotización por alguna enfermedad presente al momento de la afiliación o desee ser atendido antes de los plazos definidos en el artículo anterior, deberá pagar un porcentaje del valor total del tratamiento, correspondiente al porcentaje en meses de cotización que le falten para completar los períodos mínimos contemplados en el presente artículo”.
Ello significa que un bebé nacido con una enfermedad catastrófica debe
cotizar durante un año para poder tener cobertura.
La resolución 177-2010 perjudica recién nacidos
Pero no solo el artículo 29 del Reglamento del SFS y el Plan Básico niegan cobertura a enfermedades catastróficas en los recién nacidos, sino que la resolución 177-2010 de la Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales establece una gradualidad de la cobertura para el tratamiento de alto costo y máximo nivel de complejidad que también perjudica a los recién nacidos.
