Seducción y encanto por la experiencia humana

Reside actualmente en la ciudad de Nueva York. Su obra abarca desde dibujos y pinturas, hasta instalaciones y videos animados. Por medio de todas estas…

Reside actualmente en la ciudad de Nueva York. Su obra abarca desde dibujos y pinturas, hasta instalaciones y videos animados. Por medio de todas estas posibilidades construye alegorías contemporáneas de historia, colonización y política.

¿Cómo defines tu concepto? Mi trabajo habita en un universo que une varios mundos estéticos. Por medio de este universo visual, me convierto en una contadora de historias. En mi obra, dentro de ser multidisciplinaria, el ejercicio del dibujo es vital en mi proceso creativo; me proporciona el desarrollo de mis códigos visuales, todo un «diccionario visual» que me lleva a las más espontáneas composiciones con los significados más intrigantes a la vez.

¿Qué tan difícil ha sido dejar atrás tus inicios? El crecimiento artístico es orgánico. No puedo definir mi “comienzo”, pues siempre he estado creando “mi universo”. En otras palabras, “mirando” y transformando lo que veo. Mi motor de crecimiento es nunca sentirme “muy cómoda”; disfruto el trazarme metas, llegar a ellas y hasta obsesionarme con mis curiosidades e intereses.

De toda tu producción, ¿Cuál recuerdas con especial cariño? ¡Wow! Mi exhibición individual en el Museo de Arte Moderno (1995). Fue mi regreso oficial al mundo artístico de la isla, un reencuentro con colegas queridos, una meta bien lograda.

¿En qué proyectos andas inmiscuida? En medio de la producción de mi individual en Austin, Texas; el cuerpo de trabajo se titula “Civilizando/Civilizing”. También organizando mis ideas para un proyecto-instalación que pienso presentar en la ciudad de Nueva York, en octubre.

Si ser una artista es una profesión, ¿Qué piensas de las personas que critican el arte comercial? Al igual que en cualquier carrera, hay arte comercial excelente y deplorable. Para mí, el arte comercial de calidad es la mejor manera de compartir belleza, ingenio e información. Es importante recordar que lo “bello, genial e inteligente” es tradicionalmente un asunto “elitista”. Sin embargo, estar expuesto a esto es un derecho de todos. También, cuando los artistas trabajan en “colaboración” con personas de negocio, promotores, agentes de mercado, etc., es una oportunidad para enfrentar retos interesantes, como encontrar el balance de mantener tu integridad artística, complacer a un público (que casi nunca sabe lo que realmente quiere), y “negociar ideas” con personas dedicadas a esto.

¿Qué ha sido lo más difícil en tu trayectoria artística? Lidiar conmigo misma. Soy mi más dura crítica, lo cual es mi desventaja y gran ventaja. Soy muy sospechosa de lo “fácil”. Cuando algo lo es, cógele pánico.

De la escena artística actual, ¿Qué trabajo valoras y/o admiras? De la isla me encanta la dinámica del colectivo Quintapata. Pero hay demasiados para escoger, me gusta mucho Alfredo Jaar, William Kentridge, entre otros.

A tu juicio ¿Cuál es la clave del éxito en este medio? No una hay clave establecida, pero definitivamente existen factores que ayudan a lograr un buen resultado en la ecuación: talento, perseverancia y verdad.

¿Qué buscas trasmitir en tu obra? Belleza y contenido.

De todos los medios de expresión artística: pintura, escultura, fotografía, instalación… ¿Con cuál te identificas más? Con el dibujo. Por medio de éste se desarrolla un sistema de representación único para cada artista. Es una conversación interminable de la mano y la imaginación; un método de exploración.

¿Para ser artista también hay que ser revolucionario, excéntrico y hasta cierto punto “pesado”? Es lo que parece. No lo veo así. La única explicación para la arrogancia es la inseguridad. De revolucionario o excéntrico, no creo que sean términos negativos;  en la práctica del arte está el cuestionamiento de todo, lo que trae nuevos caminos para pensar más libremente.

¿Es complicado vender arte? Si, es complicado vender lo sublime.

¿Y vivir del arte? Hay diferentes formas de contestar esta pregunta. Por ejemplo, económicamente hablando, vivir del arte es una tarea “acrobática”, es una eterna búsqueda de equilibrio, entre la sociedad que nos toca vivir, el reto de poner en práctica lo concebido y exponer nuevas ideas. Del valor monetario de las “ideas”, entramos sin evitarlo en una historia épica. Encontrar un punto de “paz” es todo un reto. Si se logra mantener un balance, al final del día uno es un ser humano y un artista más completo.

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