Los resultados de la reunión binacional celebrada este lunes hasta pasada la medianoche en Jimaní, provincia Independencia, han sido una grata sorpresa para los pobladores de la isla de Santo Domingo.

Después de la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), en La Habana, Cuba, en la que el presidente Danilo Medina debió hablar claro frente a las insensatas acusaciones del primer ministro Ralph Gonsalves de San Vicente y las Granadinas, surgieron algunas inquietudes sobre el desarrollo del encuentro en Jimaní.

Pero los gobernantes, dominicano y haitiano, esta vez hicieron las lecturas adecuadas del momento que se vive y aquel incidente en nada afectó el curso de las negociaciones durante el período preparatorio y los acuerdos no podían ser mejores.

Los memorandos suscritos incluyen un plan de cooperación de las policías de los dos lados en materia de seguridad, prevención del crimen en general y el narcotráfico.

Asimismo, establecieron líneas políticas de coordinación e intercambio de información en materia aduanera, protección medioambiental, un compromiso para regular el comercio de los productos avícolas entre las dos naciones y una declaración sobre los trabajadores y estudiantes haitianos en República Dominicana.

El tema de los haitianos nacidos en el lado dominicano y que se encuentran en situación irregular o ilegal, al parecer seguirá siendo el centro de futuras discusiones. Obviamente, se trata de un asunto de competencia estrictamente dominicana, pero al parecer, tendrá que ser satisfactorio para los gobernantes haitianos.

Lo único concreto en esa dirección fue que “el gobierno de la República Dominicana reitera su compromiso de someter al Congreso Nacional una legislación especial para abordar las situaciones no resueltas por el Plan Nacional de Regularización”.

Habría que esperar para determinar cuáles son esas situaciones no resueltas. Pero es fácil colegir que ese punto sigue siendo sensible.

Mientras, los acuerdos negociados son positivos, y sientan las bases para que las relaciones se mantengan en un plano tranquilo, sin sobresaltos ni manipulaciones aviesas.

República Dominicana considerará los derechos de las personas según la ley y la Constitución de la República. El gobierno y el Congreso Nacional no pueden ir más allá… l

Satisface la actitud reactiva que en las últimas horas ha mostrado el Ministerio de Salud Pública con la amenaza que significa la presencia del virus H1N1, después de un estado de aparente letargo y comportamiento dubitativo frente a los crecientes casos de la temible enfermedad o manifestaciones asociadas.

El pasado 31 de mayo, preocupados por las declaraciones de la dirección de Epidemiología de Salud Pública, advertíamos sobre la grave amenaza que significa la presencia del H1N1 y reclamábamos una campaña de envergadura para que la población comprenda, esté alerta, y actúe con sentido preventivo.

En efecto, el ministro de Salud Pública anuncia el inicio de una jornada masiva de vacunación contra la influenza dirigida a grupos poblacionales más vulnerables, como niños, embarazadas, personas de avanzada edad o con padecimientos crónicos susceptibles de agravamiento de su estado por virus asociados. Salud Pública también ha dicho que prepara un programa de educación masiva para instruir sobre medidas preventivas sobre el mal.

En lo inmediato, el ministro Freddy Hidalgo ha solicitado a la Organización Panamericana de la Salud (OPS), una mayor cantidad de dosis de la vacuna para cubrir un universo más amplio de potenciales víctimas. Mientras más pronto lleguen mejor.  Sería útil una información oportuna acerca de las Unidades  de Atención Primaria (Unap) donde estarán disponibles.

Sabemos muy bien que las salas de emergencias de los hospitales están muy concurridas en estos días, y en esas circunstancias, sus debilidades y carencias se convierten en obstáculos para atender debidamente a las personas.

Sin embargo, lo importante es que el Ministerio de Salud está asumiendo un papel más protagónico, y al mismo tiempo supera la errónea política habitual en la administración pública de minimizar la verdadera dimensión de los eventos para “no alarmar”.

Ahora, la población debe seguir atentamente todas las informaciones del Ministerio sobre el H1N1 y adoptar las previsiones. Mientras, conviene que quienes padezcan gripes en las condiciones descriptas por Salud, se abstengan de acudir a los centros laborales y de estudios. l