A pesar de su ir y venir de Orlando a República Dominicana, usted ha tenido un año muy activo.
Sí, muchas actividades: “Blanca Nieves y los siete enanitos”, mi nuevo disco y estuve en el Casandra. No esperaba que fuera de esta manera, porque algunos de esos espectáculos estaban programados para otras fechas anteriores y se me dio todo junto. Ha sido un 2011 muy intenso, y estoy feliz por ello.
¿Le han parecido fantásticos todos estos eventos en un año?
¡Agotadoramente fantástico! Maravillosamente agotador.
¿Le han traído buenos recuerdos de esos años en los que usted estaba en su pleno apogeo?
Sí, vivimos tiempos donde cada vez todo es más difícil: los parqueos, el tránsito, los tapones, la comunicación misma aún con el internet, es difícil en muchísimos sentidos. La gente está muy agresiva, apresurada, lo que antes era muy placentero y más lento ya es más rápido, el glamour se ha perdido un poco, ahora es más light y más práctico.
¿Qué ha sido lo que más ha disfrutado de todos estos proyectos?
Todo, cada uno en su área. El disco fue maravilloso, me pasé el año preparándolo, produciéndolo y lo disfruté plenamente. Este año, primero fue el Casandra, luego el disco, la obra infantil “Blanca Nieves” y ahora estoy de lleno en el montaje de la obra Master Class. La teníamos pautada hace años, queríamos hacerla Carlos Espinal y yo, y siempre había un inconveniente con las fechas. Nos decidimos montarla aunque nos pinche el cielo, íbamos a presentarla el año pasado y finalmente será ahora.
¿Cómo ha sido trabajar con este equipo de “grandes ligas” que se unió para “Master Class”?
Maravilloso. Creo que ha dado mucho trabajo involucrarnos en todo lo relacionado a la producción, porque aquí uno tiene que hacerlo prácticamente todo, aunque exista un proyecto o un team para trabajar, casi siempre hay alguien que no llegó, que falló un poco, que delegaste y no funcionó, y eso genera mucha carga, más de lo que debieras soportar. Además del ambiente que se ha creado, todos con muy buena vibra, logramos una química extraordinaria, nunca (salvo el caso de Dante Cucurullo) habíamos trabajado juntos. Considero a Geovany Cruz un excelente compañero de trabajo, además de que tiene un gran nombre en el teatro; Carlos Espinal, con quien sí había trabajado, es un gran director. He tenido buenos directores, pero como Espinal creo que ninguno. Es un profesional de muchísimo talento.
Al hablar, se le puede sentir que está muy apasionada con el personaje de María Callas.
Es apasionante, Master Class es un clásico del teatro, lo que más nos entusiasma es poder interpretrarla, tenerla en el repertorio como parte de mi currículo, porque hay palabras mayores cuando se habla de Master Class.
¿Ha podido ver la obra antes de representarla?
No, para nada. Hay una fibra étnica que podría decir que no lo tienen los anglosajones y las demás versiones. No tiene el sentir con el que nosotros lo hemos hecho.
¿En algún momento de su vida profesional tuvo contacto con “La Divina” María Callas?
Muy poco, conocí a María Callas como una gran cantante de ópera y por su romance con Aristóteles Onassis y sus escándalos. Conozco un poco de Callas porque ella cambia el sentir de la ópera y el tono de su voz ni siquiera era el mejor. Todo era ella, su magnetismo, era su interpretación, habían muchísimas mejores que ella, quizás, pero no tenían su divismo. Leer el libreto fue una clase para mí y para todo el elenco de la obra.
¿Cuántas horas necesitaría una actriz para meterse en el personaje?
Eso es impredecible, hay gente que nunca lo logra, y hay unas que lo hacen en días de ensayo. Depende del director, de la capacidad histriónica o carácter interpretativo del actor, de la fuerza dramática, de la credibilidad y de la capacidad que tenga la persona.
En la piel de una diva que no tuvo igual
A Cecilia García le atraen los retos artísticos. Esos en los que ella puede reafirmar su talento y su capacidad como actriz dramática. Por fin logró echar manos y presentar en el país ese proyecto acariciado que ha sido para ella “Master Class”. Para ella y un equipo de “grandes ligas” que integran Giovanny Cruz, Dante Cucurullo y Carlos Espinal, que esta vez la dirige.
La obra estará en escena desde el próximo día 9 hasta el 11, en la sala Ravelo del Teatro Nacional, en funciones a las 8:30 de la noche, y domingo a las 6:30 p.m. La obra está sustentada en un texto de Terrence McNally, autor que Cecilia ya antes había interpretado.
Cecilia García inició su carrera artística a finales de los años 60, y ha incursionado en la televisión, el teatro, el canto. Aún espera por la película soñada.
Quién es
Trayectoria: Reconocida y activa.
Facetas: Múltiples.
Vida profesional:
Actriz y cantante.
El ambiente. La obra se desarrolla en un aula en la que María Callas da una cátedra a sus estudiantes, en un momento en que no podía cantar.
El reto. Es un montaje difícil, comenzando porque hay que hablar en varios idiomas. Al final de cada acto, hay dos monólogos muy intensos.
Personaje. Interpretrando a María Callas he sentido pasión, el rechazo y el desprecio por parte de la familia hacia ella. Era una mujer de temperamento muy fuerte.
