Recientemente saludamos la decisión de la Junta Monetaria de autorizarle al Banco Central enfocar su política monetaria en el logro de los llamados “objetivos de inflación”.Como se sabe, la estabilidad de precios es uno de los principios rectores del régimen económico que la Constitución de 2010 esbozado en el Capítulo I de su Título XI, y que comprende, además, la sección que define el régimen monetario y financiero de la Nación. Del mismo, la estabilidad de precios ha sido consagrada, por el artículo 228 de la Constitución, como el objeto por el que debe velar el Banco Central.
La importancia de la estabilidad de precios, como objetivo a lograr por el Banco Central, es sumamente trascendente, toda vez que los esfuerzos del ente emisor estarán destinados a crear las condiciones monetarias que permitan hacer converger el comportamiento de los precios con la meta establecida en el Programa Monetario.
Como el propio gobernador Valdez Albizu planteó, en un taller sobre “Esquema de Metas de Inflación”, celebrado recientemente, este nuevo esquema de política monetaria permitirá reducir niveles de la volatilidad de la inflación, promover un crecimiento económico más sostenible y una mayor transparencia en la rendición de cuentas.
La inflación, como siempre se ha dicho, es un impuesto regresivo, que lesiona gravemente a las personas que tienen ingresos fijos y a los sectores económicos bajos, empujando muchas veces a las familias a la pobreza o a la marginalidad.
Por eso, los organismos internacionales, los gobiernos y los bancos centrales latinoamericanos, luego de la denominada “Década Perdida”, han tratado de propiciar las condiciones fiscales y monetarias para mantener la estabilidad de precios y lograr el crecimiento sostenible.
En el caso dominicano, que nos hemos sumado a muchas otras naciones al consagrar un Estado Social y Democrático de Derecho, estableciendo como norte del régimen económico de nuestro país “la búsqueda del desarrollo humano” (art. 217 de la Constitución), será necesario aunar voluntades para que esta nación continúe disfrutando del crecimiento y la estabilidad macroeconómica que ha exhibido por más de un lustro, uno de cuyos componentes principales ha sido la estabilidad de precios que administra –si cabe el término- el Banco Central.
Así, en un año de decisiones y eventos políticos transcendentes, todos los dominicanos, ya sean empresarios, inversionistas, consumidores o simples trabajadores, debemos velar por el mantenimiento de la estabilidad de precios, para que el crecimiento económico continúe generando empleos de calidad, y se propicie una mejor distribución de la riqueza, como forma de seguir reduciendo los niveles de pobreza y marginalidad.
