La fiscalía general de Polonia anunció ayer que abriría un proceso a los dos sacerdotes polacos acusados de pedofilia en la República Dominicana.
Los señalados pederastas son el exnuncio apostólico Józef Wesolowski y el padre Wojciech Gil (Alberto), quienes podrían ser juzgados si se confirman las evidencias en su contra. En un comunicado, el fiscal general de Polonia, Andrzej Seremet, confirmó que ha contactado con la embajada polaca en Santo Domingo para recabar más información sobre las acusaciones dirigidas contra los religiosos polacos.
“Debemos obtener la confirmación oficial de que se está llevando a cabo una investigación (en la República Dominicana) y clarificar sus pormenores”, añadió el portavoz de la fiscalía general polaca, Mateusz Martyniuk, en declaraciones a la cadena de televisión TVN.
Junto con el arzobispo Józef Wesolowski, el también religioso polaco Wojciech Gil, suspendido por la Iglesia, ha sido acusado de abusos sexuales contra al menos a ocho menores en República Dominicana. Pero el caso de Wesolowski, destituido por el Vaticano el pasado 21 de agosto tras las acusaciones de pederastia, es el que más ha trascendido.
El primado de Polonia, el arzobispo Józef Kowalczyk, reclamó ayer a la prensa del país que no “criminalice” a toda la Iglesia por los actos de dos individuos.
“Les pido que no traten a la Iglesia como a un partido político”, dijo Kowalczyk en declaraciones a medios locales, a los que recordó que son los dos sacerdotes presuntamente culpables de abusos a menores quienes deben responder ante las acusaciones. “En la Iglesia no hay responsabilidad colectiva, solo individual”, añadió. Los primeros indicios contra Wesolowski fueron publicados semanas atrás por un programa de televisión.
Las autoridades han entrevistado a varios menores de edad que aseguran fueron abusados por el religioso.
La denuncia fue hecha en el programa de Nuria
Los primeros indicios contra el exnuncio fueron publicados hace varias semanas en el programa de televisión que dirige la periodista dominicana Nuria Piera. Un equipo de reporteros siguió los pasos de Wesolowski durante un año, tras recibir informes de que el nuncio era conocido en la Zona Colonial de Santo Domingo por sus relaciones con menores.
