Aunque sus miembros no tienen gran notoriedad pública, los técnicos de la Policía Científica son responsables de procesar el 95% de crímenes ocurridos en el país.La Policía Científica es una subdirección de la Dirección Central de Investigaciones Criminales (Dicrim). Sus técnicos, muchos de ellos entrenados fuera del país, usualmente utilizan bata y guantes, y se les reconoce también porque casi siempre andan con una especie de botiquín en las manos.
Estos policías casi nunca hablan con la prensa y solo se limitan a realizar su trabajo, eminentemente científico. Por eso, pocas personas saben que de su trabajo depende el esclarecimiento de los homicidios, violaciones sexuales, secuestros, crímenes cibernéticos, robos, heridas de bala o incendios ocurridos en cada rincón de la geografía nacional.
En esta tarea trabajan más de 300 hombres y mujeres, asignados a las distintas áreas que conforman este departamento de la Policía Nacional.
Su depurada labor de investigación criminal, con equipos y herramientas características de este tipo de trabajo, es capaz de obtener resultados que dan al traste con el descubrimiento de los verdaderos responsables de determinados hechos criminales o con los principales sospechosos de los mismos.
Entre los equipos que utilizan para trasladarse a la escena del crimen y procesar los datos o informaciones recolectadas, figuran 10 unidades móviles que están ocupadas con el material necesario para el trabajo criminalístico de campo; computadoras, equipos electrónicos, discos duros y cámara de gas. También tienen un equipo integrado de identificación de balística; microscopios que igual sirven a esta última labor, balanzas para pesar proyectiles y cajas de disparos. Aunque las cifras pueden variar según la frecuencia de crímenes, en un día la Policía Científica puede trabajar por cada cien mil habitantes el 7.5 de casos de muertes, 8 de heridos y 12 de robos en distintas circunstancias.
Estructura
La Policía Científica trabaja de manera coordinada en función de la naturaleza de los crímenes investigados. Tiene cuatro grandes departamentos, que a su vez se subdividen en áreas o secciones. Estos departamentos son: Criminalística de Campo, Vehículos de Motor, Audiovisuales e Incendios y Explosivos.
A Criminalística de Campo pertenece la sección de Recolección de Evidencias, que recolecta evidencias físicas, químicas y biológicas que se producen en la comisión de un hecho delictivo o criminal y se hallan en la escena del crimen.
Recolección de Evidencias está integrada por investigadores de campo dirigidos por un oficial que hace las funciones de jefe de equipo de búsqueda. Además, por un fotógrafo, un dibujante de croquis, un encargado de custodiar la evidencia, varios agentes para recopilarlas y especialistas en el área requerida (médico, odontólogo, ingeniero y técnicos en explosivos).
Vehículos de Motor lo compone la sección de Accidentología Terrestre, Aérea y Naval, que es parte de una multidisciplina que contempla el estudio integral de los accidentes de tránsito vial, aéreo y naval. Su objetivo es establecer la dinámica del hecho y su causa.
Asimismo, la sección de Identificación, responsable de identificar vehículos sospechados de haberles alterado numeraciones de chasis, motor, pintura y modificación de equipos y accesorios. Puede coordinar con el Departamento de Investigación de Vehículos Robados.
El departamento de Audiovisuales está dividido en dos secciones: Fotografía Forense y Fonética Forense. La primera, se encarga del levantamiento fotográfico de la escena del crimen. Su objetivo es magnificar datos gráficos que pasarían desapercibidos durante la observación y proceso de la simple foto.
La sección de Fonética Forense determina la identidad de las personas por medio de la reconstrucción e identificación de la voz. A su vez, tiene a su cargo la sub sección de Procesamiento de Audio y Video, que procesan la identificación y peritación de música y video original.
El departamento de Incendio y Explosivos cuenta de dos secciones. La Investigación de Incendios, que indaga todo tipo de indicios en los que, para la activación de un evento calorífero, exista la presunción de participación de un determinado material acelerante incandescente, o haya sido activado por una deficiencia eléctrica o cualquier otra razón. La segunda sección es Investigación de Explosivo, que investiga componentes químicos de un residuo de material explosivo y la identificación de fragmentos de las partes involucradas en la activación de la explosión.
Origen y evolución de ese departamento especial
La Policía Científica fue creada como laboratorio, en el 1959, mediante artículo 47, del Reglamento Orgánico de la Policía Nacional número 4587. El artículo 48 literal “e” de ese Reglamento establece que los miembros de los Departamentos Investigativos, cuando se produce un crimen, deben ir a la escena del mismo en compañía de los técnicos del Laboratorio de Criminalística. Luego se produce un cambio de dependencia, mediante la Orden General 60, del 10 de septiembre del 1981. El Laboratorio Criminológico de la Policía, dependencia del Departamento Investigación de Homicidios, pasa a ser subordinación directa de la jefatura.
Sirve de soporte a otras áreas investigativas
La Policía Científica sirve de soporte a los departamentos investigativos en las indagatorias de todas las evidencias físicas halladas en la escena del crimen, que son procesadas por la Unidad de Recolección de Evidencias y analizadas por el Laboratorio de Criminalística. Coordina el esquema básico de investigación, con énfasis en tres eslabones básicos:la inspección técnico-policial en la escena del crimen; la investigación policial y la investigación científica del laboratorio.
