La piratería y la historia dominicana (VII)

En “Historia del Almirante”, Hernando Colón, su hijo menor, cita unas cartas de Cristobal Colón a los Reyes Católicos,…

En “Historia del Almirante”, Hernando Colón, su hijo menor, cita unas cartas de Cristobal Colón a los Reyes Católicos, de las cuales puede deducirse que aquél había sido corsario al servicio del rey Reinel, su enemigo, quien lo mandó a Túnez a capturar la galeota Fernandina, propiedad del monarca católico: “Serenísimos príncipes: Entré a navegar de muy tierna edad y lo he continuado hasta hoy, pues el mismo arte inclina a quien le sigue a desear saber los secretos de este mundo, y ya pasan de cuarenta los años que le estoy usando; en todas las partes que hoy se navegan, mis tráficos y conversaciones han sido con gente sabia, latinos, griegos, indios, moros y otras diferentes sectas, y siempre he hallado a nuestro señor muy propicio a este deseo mío, y se sirvió de darme espíritu de inteligencia, hízome entender mucho de la navegación, dióme a entender lo que bastaba de la astrología, geometría y aritmética; me dio el ánimo ingenioso y las manos hábiles para pintar la esfera y las ciudades, montes, ríos, islas y todos los puertos, con los sitios convenientes de ella he visto y estudiado en todos los libros de cosmografía, historia, filosofía y otras ciencias, de manera que Dios nuestro Señor me abrió el entendimiento con mano palpable para que yo vaya de aquí á las Indias, y me puso gran voluntad en ejecutarlo.

Las ciencias que he recibido no me ayudaron, ni la autoridad de ellas, porque la constancia y la fe solo permaneció en vuestras altezas”.

En otra carta de enero de 1495 que les escribió desde la Española, contando problemas y errores de navegación, dice: “A mí me sucedió, que el rey Reinel (que ya le llevó Dios) me envió a Túnez para tomar la galeota Fernandina, y habiendo llegado cerca de la isla de San Pedro, en Cerdeña, me dijeron que había dos navíos y una carraca con la referida galeaza, por lo cual se turbó mi gente y determinó a no pasar adelante, sino de volverse atrás, a Marsella por otro navío y más gente; yo, que con ningún arte podía forzar su voluntad, convine en lo que querían, y mudando la punta de la brújula hice desplegar las velas, siendo por la tarde, y el día siguiente, al salir el sol, nos hallamos dentro del cabo de Cartagena, estando todos en concepto firme de que íbamos á Marsella…”.

Como las incursiones caribes eran actos de piratería y la bucanería un arte aborigen, al arribo de Colón, se encontraron por primera vez en el mar Caribe, piratas, bucaneros y corsarios.
(Continuará).

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