Por higiene eliminamos la pelusa acumulada en el hogar. Limpiar la mente de la pelusa que son esos vagos e incesantes pensamientos que nos distraen, optimiza nuestro tiempo y productividad.
Se depura el “bulto” enfocándonos en las “competencias centrales”, definidas por entendidos como esas que hacemos mejor y que nadie más puede hacer por nosotros. Caen en tres categorías: cuidado de la carrera; cuidado de familia y amigos cercanos, y cuidado de nosotros mismos.
Tareas fuera de ellas pueden minimizarse, ignorarse o delegarse. Bajo este principio general distinguiremos, entre la abultada actividad cerebral, que lo más importante es atender alguna dolencia descuidada, acompañar los hijos en sus tareas o la aplazada conversación con la pareja.