Palabras (des)hechas

¡Ya te digo! Ejque cuando curraba en el Cortijome sacaba mogollón de pasta, pero luego me petaron y me hicieron la púa.ARGOT MADRILEÑO Quiobas manis, ¿qué jáis de la baraña?DIÁLOGO EN CIUDAD MÉXICO…

¡Ya te digo! Ejque cuando curraba en el Cortijo
me sacaba mogollón de pasta, pero luego me
petaron y me hicieron la púa.
ARGOT MADRILEÑO

Quiobas manis,
¿qué jáis de la baraña?
DIÁLOGO EN CIUDAD MÉXICO

¡Araca con las paicas, son berretines!
LUNFARDO DE BUENOS AIRES

Un aire sucio arquea los molinos de viento de Castilla-La Mancha. El grito revienta en Argamasilla de Alba y El Toboso. Las viejas dicciones de Nebrija se disgregan en crepúsculos de jerigonzas y galimatías. Con redobles de muerte, el tambor del destino celebra la morosa agonía de una lengua primordial. Poco importa, ahora, que Giambattista Vico, hace cuatro siglos, juzgara el mundo como fruto de la Providencia, y la Historia como creación del hombre a través del lenguaje.

En los años de la ‘pax romana’, el latín fue idioma universal. Encajaban sus vocablos como señal omnímoda, de las costas de Bretaña a los confines asiáticos. ‘Sermo nobilis’ en las alturas; ‘sermo vulgaris’, serpenteando, en las callejas de aquel espacio inabarcable. Mas el latín, asediado de barbarismos, hubo de refugiarse durante siglos en la ermita. Hasta que un sucesor de San Pedro, en trance de infinita bondad, extirpara de la reminiscencia colectiva la dulce lengua de Ovidio y Apuleyo.

Es ahora el castellano quien, indefenso, desabrigado, entrega el alma y se eleva al cielo de las lenguas muertas. ¿Quién, demonios, clavó la ineludible puñalada? De verdad, no tengo respuesta. Tan sólo guardo sospechas, después de conocer un expediente maligno elaborado por una apócrifa Real Academia de la Lengua.
Aparece de pronto este documento como una suerte de manual de oficio para inquisidores medievales. Con viciosa lentitud, se describen en él los tajos precisos que hacen del español una lengua de babuinos. Podrá sentir el lector, tras el ejercicio de tan esmerada mutilación, los espasmos de aquella cultura en que tomaban techo esas porciones amputadas.

Desamparado, contrito, cedo mi turno al oficiante de ese aquelarre; el más perverso, tal vez, del que se tenga noticia.

Reforma modelo 2016 de la ortografía española.

Real Academia de la Lengua (apócrifa)

En vista de la evolución del castellano en los últimos años, y debido a las aportaciones realizadas por los jóvenes, la Real Academia de la Lengua dará a conocer la reforma modelo 2016 de la ortografía española, que tiene como objetivo unificar el español como lengua universal de los hispanohablantes. Será una enmienda paulatina, que entrará en vigor poco a poco, para evitar confusiones.

La reforma hará más simple el castellano, pondrá fin a los problemas de otros países y hará que nos entendamos de manera universal quienes hablamos esta noble lengua. La reforma se introducirá en las siguientes etapas anuales:
Supresión de las diferencias entre “c”, “q” y “k”. Komo despegue el plan, todo sonido parecido al de la “k” será asumido por esta letra. En lo adelante, pues, se eskribirá: kasa, keso, Kijote…

Se simplifikará el sonido de la “c” y “z” para igualarnos a nuestros hermanos hispanoamericanos ke konvierten todas estas letras en un úniko fonema “s”, kon lo kual sobrarán la “c” y la “z”. Por ejemplo, se dirá: “El sapato de Sesilia es asul”.

Desapareserá la doble “c” y será reemplasada por la “x”: “Tuve un axidente en la Avenida Oxidental”. Grasias a esta modifikasión los españoles no tendrán desventajas ortográfikas frente a otros pueblos, por su extraña pronunsiasión de siertas letras.

Por igual, se funden la “b” kon la “v”, ya ke no existe diferensia alguna entre el sonido de la “b” y la “v”. Por lo kual, a partir del segundo año, desapareserá la “v”. Y beremos komo bastará kon la “b” para ke bibamos felises y kontentos.
Pasa lo mismo kon la “elle” y la “y”. Todo se eskribirá kon “y”: “Yébeme de paseo a Sebiya, señor Biyar”. Esta integrasión probokará agradesimiento general de kienes hablan kasteyano, desde Balensia hasta Bolibia.

La hache, kuya presensia es fantasma, kedará suprimida por kompleto. Así, ablaremos de abas o alkool. No tendremos ke pensar komo se eskribe sanaoria y se akabarán esas komplikadas y umiyantes distinsiones entre “echo” y “hecho”. Ya no abrá ke desperdisiar más oras de estudio en semejante kuestión ke nos tenía artos.

A partir del terser año de esta implantasión, y para mayor konsistensia, todo sonido de erre se eskribirá doble “r”: “Rroberto me rregaló una rradio”.
Para ebitar otros problemas ortográfikos, se fusionan la “g” y la “j”, para ke, así, jitano se eskriba komo jirafa y geranio komo jefe. Aora todo ba kon jota: “El jeneral jestiono la jerensia”. No ay duda de ke esta sensiya modifikasion ara ke ablemos y eskribamos todos kon más rregularidad y más rrápido rritmo.

Orrible kalamidad del kasteyano, en general, son las tildes o asentos. Esta sankadiya kotidiana jenerará una axión desisiba en la rreforma. Aremos como el inglés, ke a triunfado unibersalmente sin tildes. Kedaran ellas kanseladas desde el kuarto año, y abran de ser el sentido komun y la intelijensia kayejera los ke digan a ke se rrefiere kada bokablo. Berbigrasia: “Komo komo komo komo”.

Las konsonantes “st”, “ps” o “pt” juntas kedaran komo simples “t” o “s”, kon el fin de aprosimarnos lo masimo posible a la pronunsiasion iberoamerikana. Kon el kambio anterior diremos ke etas propuetas okasionales etan detinadas a mejorar ete etado konfuso de la lengua.

Tambien seran proibidas siertas konsonantes finales ke inkomodan y poko ayudan al siudadano. Asi, se dira ”¿ke ora es en tu relo?”, “As un ueko en la pare” y “La mita de los aorros son de Agusti”. Entre eyas, se suprimiran las eses de los plurales, de manera ke diremo “la mujere” o “lo ombre”.

Despue yegara la eliminasion de la “d” del partisipio pasao y kanselasión de lo artikulo. El uso a impueto ke no se diga ya “bailado” sino “bailao”, no “erbido” sino “erbio”.

Kabibajo asetaremo eta kotumbre bulgar, ya ke el pueblo yano manda, al fin y al kabo. Dede el kinto año kedaran suprimia esa “d” interbokalika ke la jente no pronunsia.

Adema y konsiderando ke el latin no tenia artikulo y nosotro no debemo imbentar kosa que nuetro padre latin rrechasaba, kateyano karesera de artikulo.

Sera poko enrredao en prinsipio y ablaremo komo fubolita yugolabo, pero depue todo etranjero beran ke tarea de aprender nuebo idioma resultan ma fasile. Profesore terminaran benerando akademiko ke an desidio aser rreforma klabe para ke sere umano ke bibimo en nasione ispanoablante gosemo berdaderamente del idioma de “Serbante, Kebedo y Kalderon de la Barka”.

Eso si: Nunka asetaremo ke potensia etranjera token kabeyo de letra “eñe”. Eñe representa balore ma elevado de tradision ispanika y primero kaeremo muerto ante ke asetar bejasione a símbolo ke a sio korason bibifikante de istoria kastisa española unibersa.

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Post scriptum:
Se abren dos horizontes en este punto de la aventura. El primero, aquel de suponer como una inmensa broma esta ocurrencia de tachonar la lengua española con remaches de “k”, de helénicas y teutonas resonancias. La segunda perspectiva: recordar que la sedición comenzó hace siglos, ya con Mateo Alemán (n. 1547) en su defensa de la biunivocidad sonido-letra, y más tarde en la sañuda “Ortografía kastellana nueva i perfeta”, publicada por el salmantino Gonzalo Korreas en 1630.

Aunque el combate prosigue en nuestra hora. Gabriel García Márquez presenta en el Primer Congreso Internacional de la Lengua Española (Zacatecas, México; 1997) el escrito “Botella al mar para el dios de las palabras”. Aquí el novelista colombiano propone: “Jubilemos la ortografía, terror del ser humano desde la cuna; enterremos las haches rupestres, firmemos un tratado de límites entre la g y jota […] ¿Y qué de nuestra b de burro y nuestra v de vaca, que los abuelos españoles nos trajeron como si fueran dos y siempre sobra una?”

Desde la ortodoxia, el escritor español Camilo José Cela (tan premio Nobel de literatura como García Márquez) impugna estos cambios de rumbo: “No se hicieron por capricho las reglas ortográficas, tienen una razón de ser. Las palabras tienen un sentido etimológico. Cuando era catedrático, a los alumnos que tenían una sola falta de ortografía les suspendía. En eso hay que ser inexorables”.

Don Miguel de Unamuno, Rector de la Universidad de Salamanca, expresa con ironía: “Si se adoptara una ortografía fonética y sencilla, que, aprendida por todos pronto y bien, hiciera imposibles las faltas ortográficas, ¿no desaparecería uno de los modos de que nos distingamos las personas de buena educación de aquellas que no han podido recibirla tan esmerada? Si la instrucción no nos sirve a los ricos para que nos diferenciemos de los pobres, ¿para qué nos sirve?”

Queda en el aire la pregunta: ¿morirá de irrespirable pureza la lengua española, confinada a cenáculos de intelectuales y artistas, o, como el latín, estallará en mil diásporas de jergas, de argots y de callejeras lunfardías? 

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