Al otro de dos

En mi escrito anterior “A uno de dos”, expongo algunas desvirtudes de los candidatos presidenciales principales en las elecciones de mañana…

En mi escrito anterior “A uno de dos”, expongo algunas desvirtudes de los candidatos presidenciales principales en las elecciones de mañana domingo 20, exhortando al electorado a votar por el menos malo. Hoy hablo del rol del otro de los dos, el perdedor. Su carrera de aspirante a la presidencia se acabó. Por segunda vez los votantes lo llamaron el más malo. Jamás pasará las primarias de su partido si se presenta de nuevo. Así que si desea seguir siendo político, haga conciencia de que el máximo rol que jugará será de actor secundario, eliminado antes de las finales.

La decisión de continuar carrera política podría hacer bien a su partido, si fomenta cambios que mejoren el desempeño de sus organismos internos y de sus miembros, que mejoren su organización y realcen la atractividad de su doctrina e ideología. Pero hay algo que usted, perdedor debería no hacer, por muy tentado que se sienta: tratar de tumbar al presidente actual de su partido, por mucho que dude de la sinceridad de éste, su respaldo, tácito o vociferante, no fue al ganador de los comicios sino a usted, perdedor. Tampoco inicie usted nuevas actividades cuyo efecto sea incrementar el rechazo de la gran masa de miembros de su partido para con los líderes, una actividad que podría llevárselo a usted mismo de paso.

Su derrota podría hacerle bien al país si se mantiene vigilante al cumplimiento de las promesas de su adversario ganador, así como de su comportamiento dentro de cánones de honestidad, no para pronunciar palabras para hacer noticia mediática cuando detecte irregularidades, sino para iniciar acciones legales encaminadas a que dicten la última palabra los tribunales, con sentencias irrevocables, en vez de simplemente ser alimento para los medios de comunicación. No es tan difícil como parece, pues lograrlo solo le exige que desinfle su ego y se convierta en verdadero ente de caridad política.

Ser político de oposición no lo obliga a encontrarse malo, absurdo, deshonesto, falaz, malintencionado, criminal, malvado, explotador, injusto todo cuanto sea anunciado o ejecutado durante el gobierno de su adversario. Ningún presidente dominicano ha hecho justicia a gobiernos anteriores de la oposición, ni ningún político perdedor ha valorado como buena ninguna acción del gobierno. El resultado de esa actitud ha sido la extremización de las posiciones políticas de los electores, una actitud que terminará destruyendo el sistema político nuestro. Sea usted el primero en reconocer lo bueno.

Diga mañana mismo que ha sido derrotado, en vez de gritar fraude. Inicie su nuevo rol desestimulando caravanas, marchas, bandereos, que dispendian recursos, empobrecen, embotan y matan ciudadanos.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas