Oportunidades

Nuestra población está formada en su mayoría por personas jóvenes. Éstos, cada vez más, aprovechando las oportunidades que ofrecen los avances tecnológicos, a través de los cuales pueden adquirir mayores conocimientos en todas las áreas del&#8230

Oportunidades de RD

Ayer hablábamos de la lección que dejó la veda impuesta por EEUU por la presencia en el país de la mosca del Mediterráneo. Durante diez meses, frutas y vegetales dominicanos quedaron fuera de ese mercado, con grandes pérdidas para los productores.

Nuestra población está formada en su mayoría por personas jóvenes. Éstos, cada vez más, aprovechando las oportunidades que ofrecen los avances tecnológicos, a través de los cuales pueden adquirir mayores conocimientos en todas las áreas del saber. Además de este elemento, contamos con intercambios entre nuestras universidades con las principales del mundo. Es frecuente conversar con muchachos y muchachas que a los veinte y pocos años ya tienen maestrías y postgrados realizados tanto en nuestros altos centros de estudio como fuera del país. Señalo lo anterior en vista de un fenómeno cada vez mayor, y es la emigración a trabajar a otros países. Conversando con una madre, cuyas hijas han sido formadas en uno de los centros superiores nuestros, analizábamos este fenómeno y nos pusimos a contar el gran número de amigos y amigas de sus hijas y de los míos que ya están trabajando en diferentes países de América y Europa y la gran cantidad que tiene miras también a emigrar. El punto en común de muchos con los que, no solamente he hablado, sino que me han pedido sugerencia, es “la falta de oportunidades”. Contamos con un material humano altamente preparado, no obstante, se importa dicho material pagándole altas sumas de dinero y obviamente quedando cerradas las plazas para nuestros profesionales. Traigo esto a reflexión aprovechando el momento, donde todos queremos y buscamos cambios significativos para nuestra sociedad. Ojalá el sector empresarial o industrial empiece a retomar medidas a través de las cuales sean valorados los nuestros. Abrir puertas a los jóvenes es el camino hacia la anhelada transformación que todos tenemos para una mejor nación. Se busca eliminar los altos niveles delincuenciales, cambiar los parámetros a través de los cuales se está viviendo hoy día, pero para ello es más que necesario dar oportunidad de trabajo a este sector de la población.Contamos en nuestra sociedad, aún con todo lo negativo que suele resaltarse día a día y sin querer negarlo, con una gran cantidad de buenos profesionales. Detengámonos a mirar la gran cantidad de individuos como estos, aquellos que fueron formados en nuestra tierra, y a los cuales se debe motivar con oportunidades que les permitan desarrollarse y no tener que desear salir corriendo en busca de oportunidades a cielos extranjeros.

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Ayer hablábamos de la lección que dejó la veda impuesta por EEUU por la presencia en el país de la mosca del Mediterráneo. Durante diez meses, frutas y vegetales dominicanos quedaron fuera de ese mercado, con grandes pérdidas para los productores.

Hubo que explorar otros mercados, pero no se podían reparar los daños de manera inmediata. Ya hemos visto lo que ocurre con las medidas unilaterales de Haití contra productos dominicanos.

Son eventos inesperados a los cuales los dominicanos vienen respondiendo. Pero en el devenir de la Nación, se han ido construyendo realidades de las que no siempre nos percatamos. Por la naturaleza de nuestra geografía, la mismidad dominicana o por “dicha”.

Hemos logrado diversificar nuestra oferta exportable, lo que nos permite adecuarnos a imponderables de menor o mayor importancia.

En el pasado que ya empieza a ser remoto, la economía de exportación dependía del azúcar, del café, del cacao y el tabaco. Eran productos que acrecentaban la fragilidad de la pequeña nación caribeña.

Progresivamente colocamos el banano y el cacao orgánico, los mangos y los aguacates. Pero paralelamente los minerales significaron un salto en la oferta dominicana.

Pero eso no era suficiente para un país que trata de avanzar en un mundo global. Las limitaciones del mercado interno expulsaron una extraordinaria fuerza laboral hacia el exterior que hoy reporta más de US$4 mil millones al año.

Una entretención nacional, el béisbol, ha evolucionado como una industria de exportación. Sería interesante cuantificar el volumen de dólares que generan los talentos dominicanos en las ligas de béisbol de Estados Unidos y otras naciones.

La industria turística es, sin embargo, el factor dominante de la economía de este tiempo. Solamente el año pasado generó US$6 mil 100 millones. Al mismo tiempo es uno de los mayores dínamos del mercado interno.

Otro pilar de la economía: las zonas francas, las cuales no sólo dejan los empleos, sino que ayudan a diversificar la oferta exportable.

Y lo más importante: RD es una magnífica oportunidad. Es un destino confiable para los negocios. La historia enseña que no se debe depender de un mercado ni de un solo producto. Las lecciones sobran en el continente…

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