“Nuestro escenario artístico me parece una réplica de la sociedad”

La Galería de Arte Toledo presentó recientemente la muestra “Maravillas de Alma Peguero”, compuesta por las obras más recientes de esta joven artista dominicana.

La Galería de Arte Toledo presentó recientemente la muestra “Maravillas de Alma Peguero”, compuesta por las obras más recientes de esta joven artista dominicana. Su colorido, el manejo del espacio y técnica, que dan paso a un silencio penetrante e inevitable en el espectador, nos movió a comunicarnos con ella para conocer más de cerca su carrera profesional. “Usando formas opulentas, texturas suaves y cósmicas, creo paisajes imaginados que evocan un vibrante silencio, un lugar intangible, un paro en el tiempo”, explica nuestra entrevistada acerca de su obra; creadora en esta oportunidad de una visión estética que habla acerca de temas tan profundos como la amabilidad, la paciencia y la inocencia del ser. 

Cuéntanos acerca de tu formación profesional…
Antes de entrar a Chavón, la Escuela de Diseño, en el 2005, estuve en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, allí fue donde tomé mis primeras clases de dibujo y escultura. Previamente, desde muy niña, mi interés por las artes era muy marcado: tomé clases de ballet, música, cerámica, pintura, etc.; todas actividades que pueden ayudar a desarrollar bastante la sensibilidad de una persona. Luego de terminar mis estudios en Chavón, gané una beca completa que ofrece la escuela cada año, la Charles Bludhorn, para estudiar en Parsons Nueva York. Además, no puedo dejar de mencionar mis estudios para iniciarme como practicante del arte del yoga, justo al finalizar la universidad, los cuales considero de suma importancia en mi carrera como artista.

¿Qué problemáticas o temas abordan tu obra?
La necesidad insaciable de experimentar y de saber; el ruido, el silencio, la intimidad, la plenitud. En una sociedad donde el experimentar y el saber se vuelven una especie de adicción, la intimidad y la plenitud pasan a ser alucinaciones fugaces. En un mundo donde el ruido es abundante, el silencio es un tesoro. La estética de mis obras sugiere la contemplación, donde pueden surgir ideas, curiosidades, sentimientos… pero sobre todo, surge el silencio propio e interior de quien las admira; indispensable para entrar en intimidad consigo mismo, y por lo tanto, encontrar la plenitud. Mi obra es una propuesta que nos invita, de una forma muy sutil, a responder nuestras preguntas con silencio.

¿Cómo te defines, artísticamente?
Como alguien que representa elementos y espacios de misterioso silencio que se encuentran dentro del ser y se caracterizan por su vibrante serenidad.

En esta oportunidad, ¿qué buscabas comunicar con tu exposición “Maravillas de Alma Peguero”?
El valor del silencio, de la inocencia, de la vulnerabilidad, de nuestro mundo interior. El valor de lo invalorable. “Maravillas” habla poéticamente de estas cualidades. El fin no es tanto entenderlas, sino sentirlas.

¿Con qué querías que el público se quedase tras la muestra?
Con que no es inútil tratar de entender, ya que en este intento damos cuenta, cada vez más, de que la esencia es poesía, y no hay más poesía después del silencio, y antes del silencio la poesía.

Siendo una joven artista, ¿cómo ves las oportunidades para los emergentes de nuestro país?
Al parecer, existen a nivel nacional variadas oportunidades, y muchas puertas abiertas para los artistas emergentes, sobre todo cuando las comparamos con el ayer. Cada vez más aparecen genuinos apreciadores del arte maduro y auténtico. Y cada vez más, aparecen medios que apoyan a los artistas que se dedican seriamente a su trabajo. En definitiva, sí existen más oportunidades y un mayor nivel de apreciación en general. Por otro lado, me pregunto si las oportunidades que existen son suficientes, y para quiénes son suficientes.

Desde tu experiencia y apreciación ¿cómo valoras la escena artística en República Dominicana?
El escenario artístico dominicano me parece una réplica de los comportamientos que podemos apreciar en los diferentes aspectos culturales que conforman nuestra sociedad. Es decir, se expresa de forma similar a como se comporta nuestra sociedad a nivel político, económico, social, espiritual, etc. Más claramente, nuestro escenario artístico está funcionando elementalmente como un espejo de la sociedad en que vivimos, y no como un arma contraproducente a conductas impuestas; no como un poder que puede revolucionar el comportamiento de las personas y su sociedad. Invisibles al pueblo, existen artistas que en su discurso cambian la forma de percibir diferentes aspectos y comportamientos socio-culturales. Esto es admirable, lo que pasa es que termina sucediendo a medias, ya que una excelente charla puede quedar reducida al entretenimiento intelectual de un “0.00001%” de la población, de los cuales algunos serán beneficiados y harán de la innovadora propuesta, una forma de socializar en su círculo. Es aquí donde debe darse una transformación.

De gran alcance
Un alto porcentaje de los artistas dominicanos reconocidos hoy en día están vinculados a la Escuela de Diseño Altos de Chavón”.

Oportunidades
El sistema artístico-educativo dominicano necesita cambios no difíciles de implementar si existe el interés suficiente”.

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