Introducción

Se me ha ocurrido juntar en un solo artículo los siguientes tres escritos, que he dado a conocer en diferentes ocasiones. Son de los años 1989, 1990 y 1991. Parecen de ayer, pero, como verán, conservan aún su frescura y actualidad.

1. Oración en el mundo de las drogas

Se trata de una invocación que tuve en Santo Domingo el 18 de marzo de 1989, en una actividad de los “Hogares Crea”, siendo Obispo Auxiliar de esa Arquidiócesis.  Primero tuve unas palabras de motivación y luego la oración propiamente dicha.

a) Motivación
1. Toda obra que se realiza para rehacer un ser humano o rescatar una vida es una obra de salvación, no importa quien lo haga.  Creyente o no en Dios, Dios está salvando a través de esa obra.

2. Detrás de un ser humano dañado por las drogas está otro ser humano que lo ha dañado: uno mismo u otro hombre (varón y mujer). El que es dañado es una víctima; el que hace daño y mata es un lobo.  El adicto es la víctima y el narcotraficante es el lobo.  Y ambos son hermanos: el hermano drogadicto y el hermano lobo.

3. Por el hermano drogadicto no-recuperado, una oración para que Dios sea su fuerza y su salvación; por el hermano drogadicto recuperado, una oración de acción de gracias y por los hermanos que le dieron su apoyo también; por el hermano lobo, el narcotraficante y sus colaboradores, dirigentes del país o no, una oración de perdón por el inmenso daño que causan; y por los hermanos que luchan contra las drogas y enfrentan con nosotros ese mundo donde aún impera la ley de la selva, oramos pidiendo la energía de Dios a fin de que no se cansen hasta obtener el triunfo total.

b) Oración
“Señor, tú que creaste al ser humano a tu imagen y semejanza y le devuelves engrandecida esa primera imagen cuando ha sido dañada, recibe en este día nuestra acción de gracias por todos los que van recobrando tu imagen, los adictos que se han recuperado de los estragos causados en ellos por el uso excesivo y abusivo de esa creatura tuya, la droga, que tú pusiste para el servicio del ser humano, dándole incluso cualidades medicinales y que el hombre (varón y mujer), por su inmoderación, ha convertido en un flagelo de la humanidad.
Gracias, Señor, por esa acción de salvación realizada por ti en ellos: porque toda obra buena viene de ti. Gracias por los hombres (varón y mujer) que dieron su apoyo a esta tarea y colaboran contigo en la superación de todo el género humano.  Gracias por los que creen que cada ser humano se puede redimir y que no hay ninguno que no pueda salir de la fosa en la que se haya hundido.
Gracias porque tú estás presente donde quiera que se haga algo bueno por tus hijos,  los hombre (varón y mujer), nuestros hermanos.  Gracias por el esfuerzo realizado por estos mismos jóvenes con miras a su propia salvación.

Señor, tú que hiciste a todos los seres humanos hermanos y quieres que se ayuden unos a otros, escucha la oración que te presentamos por los narcotraficantes y sus colaboradores que se han convertido en lobos de sus propios hermanos y chupan su sangre: no les tomes en cuenta sus enormes crímenes, cuando busquen conversión y arrepentimiento y diles que les damos el perdón por el mucho mal que nos han hecho para que tú también les des tu perdón y alcancen la salvación que nosotros hemos alcanzado.  Y a los que luchan contra el hermano lobo, dales un corazón grande y valiente para que no odien al hermano mientras luchan y buscan destruir al lobo que se esconde en sus corazones.

Dales a ellos, los luchadores, tu propia energía, porque tú no quieres el narcotráfico y buscas hombres (varón y mujer) que se unan a ti en la lucha contra el mal.  Dales que aprendan de ti a destruir el pecado y no al pecador, para que al mismo tiempo que destruyen el narcotráfico salven al ser humano, al que traficaba y al que era víctima del narcotráfico.

Señor, tú que quieres que todo hombre (varón y mujer) se redima y recupere, recibe una oración por los que ahora se esfuerzan y buscan rehabilitarse del daño que han sufrido: dales tu fuerza para que perseveren en su empeño, protégelos de las invitaciones que encuentren a su alrededor y, en un momento de debilidad o recaída, mantenles viva la fe a ellos y a los que los rodean en que pueden levantarse, seguir adelante y obtener la victoria con tu ayuda y la de los hombres (varón y mujer), sus hermanos.

Y a todos nosotros, que somos débiles y no estamos exentos de caídas, líbranos de la tentación de caer en el uso de las drogas o en convertirnos en narcotraficantes o en colaboradores suyos, llevados por la ambición del dinero y del poder.

Concédenos, más bien, poner lo mejor de nosotros al servicio de la redención de los hermanos caídos y de una lucha implacable contra este azote de la humanidad, porque las drogas y los narcotraficantes ciertamente pasarán y sólo quedará un mundo de redimidos, que cantarán su triunfo sobre el mal y juntos, cogidos de las manos, entonarán una única oración de hijos y de hermanos: Padre Nuestro, que estás en los cielos …”

2. El día de las drogas
“Un día mundial de las drogas se ha creado y se ha celebrado. Y más días mundiales y nacionales pudieran crearse y celebrarse con ese objetivo de concientizar y buscar estrategias para combatir ese otro SIDA de nuestra época.

En verdad que en estos tiempos nuestros todos los días son el “día de la droga”, por eso necesitan otro “día” más específico para enfrentarla.

Sin duda que, como comerciantes de la noche, los traficantes tratarán de aprovechar “el día mundial de las drogas” para hacer sus negocios, como se aprovechan otros días para mejorar las ventas.

Pero por esa razón no se deben anular las celebraciones: ellas mantienen en pie y en la conciencia de la humanidad sus mejores valores e intereses.

La celebración del “día de las drogas” muestra, por otra parte, que el día final de las drogas está marcado. Ahora, eso sí, antes de que amanezca ese día se entablará, en medio de los pueblos un combate terrible. Y será mucha la sangre derramada: la de aquellos que consumían el veneno mortal y la de aquellos que combatieron con mano firme a los traficantes de seres humanos y drogas mortales”

3. Drogas y superación
“El deseo de superación de los dominicanos y el deseo de un cambio de situación económica y social nos sitúa en el mundo de hoy ante pruebas y ante dificultades que les llevan a escoger caminos equivocados.

Nos llegan las informaciones de que el número de criminalidad entre los dominicanos, por causa de las drogas, ha aumentado, que el número de prisioneros dominicanos en las cárceles de Estados Unidos ha aumentado. La razón está en haberse envuelto en el mercado, en el tráfico y en la venta de drogas. La búsqueda de dinero fácil, cuántas veces lo hemos dicho, fácil y rápido, lleva a que muchos equivoquen el camino.

Sin embargo, el deseo de superarse, el deseo de mejorar la situación económica y social, es algo innato en el hombre y es algo que Dios mismo quiere, que nosotros no podemos impedir, si no al contrario, favorecer. Pero el drama que vivimos los dominicanos, actualmente, es un drama que necesita ser superado para que no termine siendo una tragedia.

Nuestro drama está en que queremos mejorar nuestra situación, pero no siempre escogemos el camino deseado. No queremos dominicanos presos en cárceles, ni aquí en nuestro país ni en cárceles ajenas, porque eso significa que se ha escogido el derrotero equivocado; pero sí queremos dominicanos que mantengan ese deseo, en el ansia de superarse económicamente aquí y fuera de aquí”.

CONCLUSIÓN

CERTIFICO: que los escritos “Oración en el mundo de las drogas”, “El día de las drogas”, “Drogas y superación”, rubricados bajo mi nombre, son de mi autoría.

DOY FE, en Santiago de los Caballeros a los nueve días del mes de agosto del año del Señor dos mil doce.

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