El Modelo Altagraciano

Cuando la República Dominicana tomó la decisión de realizar el 23 de enero de 1985 la unificación cambiaria, el sector turismo comenzó a transitar un camino que en pocos años lo convertiría en la espina dor

Cuando la República Dominicana tomó la decisión de realizar el 23 de enero de 1985 la unificación cambiaria, el sector turismo comenzó a transitar un camino que en pocos años lo convertiría en la espina dorsal de nuestra economía. Un régimen de incentivos fiscales bien estructurado para estimular la inversión y el desmantelamiento de todas las barreras que existían a la inversión extranjera, se fusionaron a partir de ese año con la eliminación de la sobrevaluación del peso, creando las condiciones para un boom en la inversión en hoteles e infraestructura turística.

La inversión se localizó en varios polos turísticos, destacándose Puerto Plata, La Romana, y el que en unos años se convertiría en el corazón de la industria turística del país: Bávaro-Punta Cana en la provincia de La Altagracia. 4.6 millones de turistas terminará recibiendo el país en el 2012. El 61% de los turistas que  llegan por avión a RD, lo hacen por el Aeropuerto de Punta Cana.

Casi 34,000 habitaciones hoteleras existen hoy día en La Altagracia, y sus 95 hoteles exhiben hoy día el mayor nivel de ocupación en todo el país (77.4%).

El boom de la industria turística que ha tenido lugar en La Altagracia nos permite comprender el porqué de algunos indicadores demográficos, sociales y económicos que colocan a esa provincia en una posición ventajosa frente a la mayoría de las restantes provincias del país.

La tasa de crecimiento anual promedio de la población durante el período 1990-2002 en la provincia de La Altagracia fue de 3.25%, la mayor entre todas las provincias del país. Más impresionante aún es que ese crecimiento poblacional se acelera en el período 2002-2010, subiendo a 5.1%, prácticamente 5 veces el crecimiento anual de la población en el país.

Esto no se debe a un aumento en las tasas de embarazos en esa provincia con relación a los que tienen lugar en el resto del país, sino a un fuerte flujo migratorio de personas del resto del país que ven en esa zona que es una de las principales fuentes de trabajo. Eso explica el porqué La Altagracia aparece como la provincia líder en materia de población inmigrante: de cada 100 habitantes, 44 son inmigrantes.

El capital y el trabajo, como hemos visto, han estado caminando hacia La Altagracia. Por eso no debe sorprendernos que el crédito bancario haya optado también por ese camino. A junio del 2012, el Distrito Nacional lideraba el ranking de la canalización del crédito por habitantes de los bancos múltiples, con un saldo de RD$313,956 por habitante. Muchos pensarían que la provincia de Santo Domingo o Santiago ocuparían el segundo lugar. La realidad es que La Altagracia, con RD$58,610 ocupa el segundo lugar, dos veces más que Santiago y 6.5 veces más que la provincia de Santo Domingo.

El boom económico generado por la masiva inversión de capitales en la industria turística en La Altagracia, ha permitido a esa provincia reducir los niveles de desempleo. La última información disponible sobre el desempleo por provincia es del 2002. En aquel momento, el desempleo en La Altagracia alcanzaba un 17%, por debajo del promedio del país en ese momento. Los conocedores del mercado de trabajo en esa provincia sostienen que cuando la ONE de a conocer los resultados de su último Censo, se verá que el desempleo en La Altagracia es uno de los más bajos del país, cercano al del Distrito Nacional y menor que el de Santiago.

Más empleos, más ingresos, y más actividad económica deben necesariamente traducirse en menor pobreza. Así ha sido. La Altagracia en el 2011 tenía un índice de pobreza monetaria de 24.3% de la población de la provincia, el tercero más bajo del país después del Distrito Nacional (14.7%) y Santiago (23.3%).

Mientras el sector turismo está mostrando su extraordinaria capacidad para promover el crecimiento y el desarrollo en provincias del país que anteriormente eran muy pobres, otras provincias con dotaciones naturales y de recursos humanos igualmente bellas y valiosas, siguen ahogadas en la pobreza más absoluta. Tomemos dos casos.

La provincia de Pedernales, que tiene en Bahía de las Águilas probablemente la playa más espectacular del país, cuenta con 58 habitaciones hoteleras, no recibe un solo peso de crédito de los bancos múltiples, tenía en el 2002 un desempleo de casi 21%, y un 54% de la población en el 2011 era pobre. La provincia de El Seibo, que tiene en Miches un paraíso capaz de atraer miles de millones de dólares de inversión turística, apenas tiene 65 habitaciones hoteleras, recibe créditos bancarios de sólo RD$1,596 por habitante y 44% de su población vive en la pobreza.

El presidente Danilo Medina está comprometido con la meta de que RD en un período razonable pueda recibir 10 millones de turistas. Para ello se requerirán decisiones valientes, que desmantelen absolutamente todas las barreras que han impedido que el Modelo Altagraciano pueda ser replicado en otras provincias pobres del país.  Si queremos generar empleos y reducir la pobreza, hay que eliminar todas, absolutamente todas, las barreras que lo impidan. ¡Manos a la obra!

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