La Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) dijo que en este año electoral se percibe la devaluación de la credibilidad en el ejercicio de la política.Los 20 obispos dominicanos hicieron la observación a través de la Carta Pastoral correspondiente a enero de 2016, en la que “La gente percibe que la política es un negocio de fácil enriquecimiento para unos pocos que logran escalar a puestos dirigenciales en el tren gubernamental, y no un ejercicio de servicio a la sociedad y al bien común”.
“Estamos iniciando el 2016, un año de contienda electoral en el que se elegirán a los servidores públicos a nivel ejecutivo, legislativo y municipal del país. Nos preguntamos qué podría aportar la virtud de la misericordia en este mundo tan particular”, expresa la carta inspirada en el Evangelio de Lucas 6,3: “Sean misericordioso como su padre es misericordioso”.
Contra la corrupción
La carta también se refiere a la corrupción y su impacto negativo en la vida de la gente, señalando que existe la percepción de que se vive en una época fuertemente condicionada por las políticas del mercado, donde todo es medido y valorado según la utilidad y la rentabilidad, así como también las personas.
“Vemos con preocupación cómo la corrupción priva a la población de recursos económicos que deberían ser destinados para satisfacer sus necesidades básicas: educación, vivienda, alimentación, salud, seguridad, justicia, salarios dignos”, apunta.
Al respecto, sostienen que la impunidad es la mejor manera de incentivar a los corruptos a apropiarse de los bienes públicos y al mismo tiempo una manera de mal educar a las nuevas generaciones.
La Conferencia del Episcopado también afirma que estamos en un país donde no faltan las leyes, pero que las mismas no siempre son respetadas y aplicadas o se aplican a los ciudadanos de una manera muy selectiva.
Asimismo, dicen que es altamente preocupante el alto nivel de violencia que ha ido permeando todas las esferas sociales del país, “desde la familia con los feminicidios, hasta los secuestros y el sicariato; segar la vida de un ser humano por un simple celular, hasta tener que soportar la vergüenza de presenciar la implicación en no pocos hechos delictivos de miembros de las mismas instituciones encargadas de garantizar el orden público y combatir la violencia, así como de la seguridad ciudadana y nacional”.
Haití y el aborto
El tema del aborto también fue incluido por los obispos, quienes se mostraron grandemente preocupados por la violación del sagrado derecho a la vida desde sus inicios. La vida, ese don supremo de Dios, es amenazada desde el mismo seno materno así como también por el creciente clima de violencia.
Asimismo, hicieron un llamado sobre el tema migratorio, tal y como lo hiciera el Papa Francisco, en nuestra última visita Ad Limina, a tener una atención pastoral caritativa con todos los inmigrantes, “en especial a los de la vecina República de Haití”.
Llaman a detener las agresiones a la tierra
En su Carta, la Conferencia del Episcopado Dominicano hizo un llamado a la defensa del planeta. “Nuestra madre tierra también clama misericordia ante las despiadadas agresiones sistemáticas de las mineras, la extracción de arena de los ríos y la deforestación de sus orillas, la reducción a cenizas por manos criminales de muchos de nuestros bosques, la tala indiscriminada de árboles en nuestras reservas naturales con fines comerciales, en fin, por la brutal depredación a que está siendo sometida la madre naturaleza en nuestro frágil ecosistema insular”, dicen.
