Los banqueros

Cuando el padre Billini tuvo la idea de que se fundara la Lotería Nacional abrigó fines puramente filantrópicos que el tiempo ha ido distorsionando de varias maneras. Y no solamente por la pérdida de visión y misión de la que una vez fuera identific

Cuando el padre Billini tuvo la idea de que se fundara la Lotería Nacional abrigó fines puramente filantrópicos que el tiempo ha ido distorsionando de varias maneras. Y no solamente por la pérdida de visión y misión de la que una vez fuera identificada como “la amiga del pobre y del rico”, representado con el cuerno de la abundancia, sino por su conversión en botín político y de reservorio de primer orden del clientelismo electoral. Sin embargo, hay que darle el mérito a la Lotería de impulsar y sostener la relevante transformación de los tradicionales riferos con su lista a cuesta en prósperos empresarios que ahora se autodenominan banqueros y que “echan vainas” en su entorno hasta desplazándose en helicópteros y muy costosos vehículos, amén de que ya también exigen cuotas de poder político. Todo viene a cuento por la paralización anunciada para hoy por los dueños de bancas de lotería, quienes al mismo tiempo harán un piquete frente al Ministerio de Hacienda en reclamo de que sea revocada la resolución que elimina varios de los tantos sorteos diarios que acogotan a la gente, bajo el alegato de que están en riesgo “los grandes aportes” que el sector argumenta hace a la economía del país mediante la creación de puestos de trabajo, el pago de impuestos y otros etcéteras. Es tan parecida la actitud de “los banqueros” de nuevo tipo a la de los empresarios del transporte que se dicen sindicalistas, todo hecho en nombre del “padrefamilismo”, que se hace cuesta arriba no pensar que se trata de un chantaje más a las autoridades. Pero, ya veremos hacia dónde nos conducen estos caminos…

Amarillismo

Por email me llega la queja de algunos lectores por los cobros que aseguran no han autorizado para la renovación de contratos con las denominadas Páginas Amarillas del servicio telefónico, lo que me piden haga del conocimiento público para que intervenga el Instituto de Protección al Consumidor (Pro Consumidor). Ahí está el sonido de una campaña para los oídos de Tití…

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