En Estados Unidos, a quienes copian contenidos de todo tipo de las páginas web, primicias, exclusivas, o lo que fuere, se les denomina “aggregators”. En España los llaman “agregadores”. Por aquí preferimos llamarlos plagiadores. Abundan como la verdolaga. Los pequeños, que no tienen recursos ni medios para buscar contenidos, pueden ser comprendidos.
Quizás se les puede señalar que deberían también revelar las fuentes desde donde toman las informaciones. Entonces se comportarían con un gajito de integridad. Los que no tienen perdón de Dios son competidores del mercado de noticias, que cuentan con medios y recursos, también mucha fama y descaradamente utilizan información que no han gestionado. Esos merecen el rechazo. Les falta honestidad y, con frecuencia, originalidad.
