Levántate…

En su momento o repentinamente las cosas acaban, sencillamente dejan de ser, la ausencia se enseñorea de todo y sin mucho ruido, roba nuestros sueños y nuestro futuro. Si no nos sobreponemos enérgicamente al momento, y reconocemos que nada puede…

Levántate

En su momento, o repentinamente, las cosas acaban, sencillamente dejan de ser, la ausencia se enseñorea de todo y sin mucho ruido, roba nuestros sueños y nuestro futuro.

En su momento o repentinamente las cosas acaban, sencillamente dejan de ser, la ausencia se enseñorea de todo y sin mucho ruido, roba nuestros sueños y nuestro futuro. Si no nos sobreponemos enérgicamente al momento, y reconocemos que nada puede llevar el comando de nuestras vidas fuera de Dios, nuevas cosas seguirán colapsando con efecto dominó. La vida debe imponerse, la vida que hemos sido llamados a vivir, pues todo pasa, todo se supera y si Dios está de por medio, todo obra para bien, porque no hay nada, pero nada imposible para Dios y absolutamente “todo” lo podemos en Cristo, que nos fortalece. Si aun no has llegado a donde vas, que nada te detenga, vas con aquel que puede cambiar cualquier condición en bendición. 

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En su momento, o repentinamente, las cosas acaban, sencillamente dejan de ser, la ausencia se enseñorea de todo y sin mucho ruido, roba nuestros sueños y nuestro futuro.Si no nos sobreponemos enérgicamente al momento, y reconocemos que nada puede llevar el comando de nuestras vidas fuera de Dios, nuevas cosas seguirán colapsando con efecto dominó. La vida debe imponerse, la vida que hemos sido llamados a vivir, pues todo pasa, todo se supera y si Dios está de por medio, todo obra para bien, porque no hay nada, pero nada, imposible para Dios y absolutamente “todo” lo podemos en Cristo, que nos fortalece. Si aun no has llegado a donde vas, que nada te detenga, vas con aquel que puede cambiar cualquier condición en bendicion.

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