“Vampiros energéticos”, reconoce a las personas que te roban la energía

Muchas veces tenemos  reuniones con amigos o colegas que nos dejan realmente animados, contentos y como si hubiéramos tenido un “subión energético”; mientras que en otras ocasiones, encontrarse o hablar con alguien te deja fatal, cansado,…

Muchas veces tenemos  reuniones con amigos o colegas que nos dejan realmente animados, contentos y como si hubiéramos tenido un “subión energético”; mientras que en otras ocasiones, encontrarse o hablar con alguien te deja fatal, cansado, desmotivado, sin saber ni siquiera por qué o cómo ha podido cambiar tu estado de ánimo tan drásticamente.

La explicación radica en la forma que tenemos los humanos de interactuar entre nosotros. Es el proceso de intercambio energético que sucede cada vez que dos o más personas se encuentran.

La vibración electromagnética que nos rodea varía e interactúa con todo lo que tenemos alrededor.

Así como podemos conscientemente enviar parte de la energía que nos rodea a otras personas, simplemente pensándolo, también podemos absorber la energía de otros.

Todo este proceso se hace normalmente de forma inconsciente, dependiendo de con quién estamos, nuestros sentimientos hacia él o ella, nuestra forma de ser, etcétera.

Para la psicóloga Olga María Renville, a través de nuestros sentidos es como recibimos información, la que luego es procesada en nuestro cerebro como positiva o negativa, para convertirla en algo útil para la vida.

Dice que de acuerdo a la experiencia y la manera como enfrentamos los diferentes eventos en nuestra vida, de igual modo, vamos a percibir todo lo que nos rodea.

“Solemos asociar los lugares, las personas y algunas de sus características con nuestras experiencias, patrones y en ocasiones prejuicios sociales”, comenta.

“Muchas veces, al llegar a un lugar o conocer una persona, solemos decir o sentir lo que  se conoce como “mala vibra”, lo cual puede ser explicado a través de la percepción, pero también pueden existir algunas condiciones en el lugar o características en la personalidad de algunos individuos con los cuales no nos sintamos cómodos.

Cuando se trata de nuestro lugar de trabajo o lugares donde debemos permanecer por asuntos obligatorios, es importante tratar de encontrar soluciones prácticas, identificando las cualidades que podemos mejorar para crear un espacio más limpio a nuestro alrededor”, sostiene Renville.

Indudablemente existen aspectos energéticos, comprobados científicamente, que ilustran cómo cada individuo emana una descarga de energía que podría también ser influyente este el hecho de que en muchos momentos no encontramos explicación al “ruido emocional” “mala vibra” o malestar que nos puede provocar una persona, situación o lugar.

Dadores de energía
Aquellas personas que por su forma de ser, carácter, personalidad, proporcionan más energía a los demás de la que toman son los dadores de energía. Juntarte con un dador normalmente tiene el efecto de revitalizarte, animarte, sentirte cómodo, alegre, motivado y contento.

Son personas llenas de vitalidad, optimismo y que rebosan alegría y fortaleza. En ciertos extremos son aquellos, incluso, que se convierten en sanadores, o cuyos campos electromagnéticos pueden ayudar en el estado de ánimo de mucha gente a cientos de metros de distancia.

No en vano se declaró el 30 de diciembre  como  Día Mundial del Abrazo, con el objetivo de inyectarles energía positiva a los demás. Un abrazo eleva la producción de la llamada “hormona del amor” –oxitocina- lo que provoca un dramático descenso en los niveles de cortisol, la hormona responsable del estrés.

Los vampiros de energía
Se trata de personas que realmente te dejan exhausto cada vez que hablas o te encuentras con ellas. Están siempre provocando situaciones en las cuales ellos salen ganando y tú te quedas aturdido, confuso, decaído y agotado.

Este tipo de personas suele tener su propia autoestima y seguridad por el suelo, y solo atacando a otros, directa o indirectamente, son capaces de salir adelante en su día a día.

Puedes tener vampiros probablemente por todos lados: tu jefe que no deja de ponerte contra las cuerdas y en evidencia delante de otros, tu compañero/a, que siempre exige constante atención en cualquier situación; tus amigos que siempre necesitan que les estés animando y cuidando de ellos, etc.

Tener un vampiro en tu entorno cercano es realmente agotador y en muchos casos no somos capaces de entender por qué cada día terminamos cansados de nuestra jornada y deseando irnos directamente a la cama a dormir.

Según un artículo publicado por Centralesoterica.com, algunos de ellos adoptan el estereotipo de “mosquita muerta” y a la larga o a la corta demuestran que no tienen ningún escrúpulo, valiéndose de cualquier medio para lograr sus objetivos.

Pueden parecer pasivos y reservados, ocultando cualquier inclinación al vampirismo energético, pero cuando la ocasión lo requiere pueden ser muy agresivos e incluso intimidatorios; valiéndose de la vulnerabilidad de la otra persona, esperando el momento oportuno para atacar o manipular a la víctima elegida. l

Rompiendo el círculo vicioso

Para evitar ser el blanco principal de aquellos que buscan robar la energía de otros debes, en primer lugar, ser consciente de la situación. No existe intercambio energético si estás consciente de lo que está sucediendo.

Al igual que se puede enviar buenas vibraciones conscientemente, también se pueden evitar si no se quiere entrar en el juego de aquel que intenta crear situaciones en las cuales pueda, de alguna manera, absorber tus fuerzas.

Todo esto que el vampiro realiza, la mayoría de las veces a nivel inconsciente, puede volverse a tu favor si cuando te encuentres en esta situación, te propones mentalmente pararla.

Hay personas que se imaginan un círculo de luz a su alrededor, una protección mental, un escudo que evita que otros penetren con su campo energético. l

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