Madre de La China: “Yo sólo quiero estar con mi hija”

Al saber que su hija está sola en una clínica en Perú, Elizabeth Mejía, madre de la jugadora de voleibol Lisvel Eve Mejía, no para de llorar. 

Al saber que su hija está sola en una clínica en Perú, Elizabeth Mejía, madre de la jugadora de voleibol Lisvel Eve Mejía, no para de llorar.  Ese sufrimiento le llega a la mente cada vez que piensa en el estado de salud en que se encuentra su retoño, quien sufrió una lesión el fin de semana mientras jugaba en la nación suramericana y que la mantendrá fuera de los escenarios por varios meses.

“Lo que me interesa es estar junto a mi hija y cuidarla”, fueron las primeras palabras expuestas por doña Elizabeth, mientras fija su mirada en un cuadro donde figura su hija junto a la selección en una de sus participaciones en el continente asiático. “Ella es más fuerte que yo y no quiere que me preocupe porque soy hipertensa, pero hay que ser madre para saber lo que se sufre”, agrega.

En la calle cinco, de barrio Nuevo del sector Gregorio Luperón, donde reside Eve Mejía junto a su progenitora, sus amigos y vecinos realizan jornadas de oración por su recuperación.

A tan solo dos semanas de llegar al país suramericano, la voleibolista se fracturó la tibia y el peroné lo que la llevó a practicarle una cirugía. De un hospital fue transferida a una clínica, donde mantiene reposo. La madre de Lizbeth dice que solo Cristóbal Marte la ha llamado en varias ocasiones para mostrarle su preocupación y darle su apoyo tras el momento en que está pasando al saber que su hija se encuentra recluida en un centro médico del país suramericano.

“Yo solo quiero estar con mi hija. Ya no puedo comer, dormir ni tomar agua. Mi única conformidad es que cuando ella me escribe me dice que está bien y que se va a recuperar pronto”, expresa la dama.

Fortaleza

Pese a su preocupación, Elizabeth agradece el apoyo brindado por sus compañeras de equipo. Dice que en el caso de Mariane Fersola y Sidelka Núñez, quienes junto a Lizbeth viajaron a Perú para reforzar, se mantienen tan unidas, que tan pronto concluyen los partidos, se van a la clínica donde está recluida.

Otras que le han llamado o dejado mensajes es la ex capitana Milagros Cabral, Karla Echenique y el baloncestista Edgar Sosa, quien sufrió la misma lesión.

“Edgar le ha dicho que siga para adelante, que ella es muy joven y que como él pudo, sabe muy bien que ella también logrará recuperarse. Ha servido de mucha ayuda”, indica la madre de la atleta.

Dice que aún no sabe cuándo le darán de alta o estará de regreso a República Dominicana, tras intervenirla.

Para los familiares de Eve Mejía ese es el segundo caso de preocupación, pues cuando jugó en Japón, pudo salir un día antes del tsunami que causó la muerte a varias personas. Eve Mejía, a quien apodan “La China”, es prácticamente el sostén económico en la familia, que reside en una modesta vivienda.

La voleibolista cuenta apenas con 21 años, cumplidos en septiembre de 2012, y en su infancia practicó en el pabellón Fabio Rafael González, donde aún los atletas se acuerdan de su trato afable y cariñoso. Desde los 14 años se trasladó a Santo Domingo y desde el 2007 integra la selección nacional de voleibol.

“Solo he tenido el apoyo de Cristóbal, que la ha llamado varias veces y él me dice que quiere ayudarla, porque él la quiere mucho y siempre la ha apoyado a ella y a mí, pero él me dice que debe esperar, porque aunque tiene la facilidad, él no es cónsul”, apunta Elizabeth Mejía.

En el caso del padre de la deportista, Francisco Antonio Eve, solo se le observa el rostro de preocupación, pues al recibir menos informaciones, desconoce la situación en que ésta se encuentra.

En el barrio La Rigola, donde viven otros familiares de Eve Mejía, son muchos los amigos que dicen han orado por su salud.

Los parientes de la deportista agradecen a los que han puesto un granito con sus oraciones. En Puerto Plata prácticamente todos le han dado el apoyo moral a la familia.

“Nosotros estamos agarrados de Dios, sabemos del poder de la oración y sabemos que Eve mejorará”, expresa  Nicole Mejía, pariente de Eve.

Los lazos de unión entre la familia es tal, que son varias las veces al día que Eve Mejía llama a sus parientes y envía fotos, o para decirle el buen cuidado que recibe del equipo médico que la operó. La madre de la voleibolista solo pide  que alguien le brinde su apoyo para poder salir de Puerto Plata y estar junto a su hija. La fortaleza es mayor en Lisvel que en sus parientes, pues es quien más vende el positivismo a sus familiares.

Lisvel: “Ya me siento bastante bien”

Eve Mejía se lesionó en la tibia izquierda tras una mala caída, luego de intentar un ‘mate’. Las primeras atenciones fueron brindadas en la emergencia del hospital Casimiro Ulloa. La jugadora se disputaba el encuentro USMP-Deportivo Géminis por la Liga Nacional de Voleibol. “Tuve una operación exitosa gracias a Papá Dios, que tomó el dominio y control de los médicos que me atendieron”, escribió Lisvel en su cuenta de Facebook. “Ya me siento bastante mejor. Ahora más que nunca debo llevar una buena rehabilitación”.

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