En las obras de este artista plástico contemporáneo, la aplicación del color es determinante y el abstraccionismo es casi total, dando en ocasiones pinceladas de figuración, lo que provoca reflexión entre sus espectadores. Pedro José Gris comenzó a interesarse por la pintura desde los 13 años, pero con el paso del tiempo se fue adentrando en otra de sus grandes pasiones como ha sido la literatura, lo que lo ha llevado a publicar unos cuatro libros básicamente de poesías. Años más tarde, en el 2000 este polifacético santiaguero ha vuelto a retomar su interés por los pinceles y así a través de sus trazos ha podido seguir dando riendas sueltas a sus visiones, apariciones y adicción a la emoción creativa, en las que las vivencias diarias son el eje principal.
¿Cuándo comienza a interesarse por la pintura?
A los 13 años tuve como maestro a mi tío el artista plástico Yoryi Morel (fallecido). Yo asistía a una especie de escuela informal que él tenía, donde orientaba a jóvenes en lo relativo a la pintura. Allí aprendí algunas técnicas, pero el llamado de la literatura fue más fuerte y esto hizo que me olvidara de la pintura y me dedicara a tiempo completo a escribir poemas que es mi fuerte. Años después, aunque un poco tarde, tuve un arrebato pictórico y retomé la pintura. Fue el 24 de diciembre del año 2000 cuando amanecí pintando y en lo adelante he tenido un proceso de ensayos de lo que sería un artista plástico, podría decirse que soy autodidacta. “Ahora, en mi madurez, he invertido los papeles y me intereso más por la pintura que por los poemas”.
¿En qué se inspira para realizar sus creaciones ?
En el azar cuasi dirigido. Es decir, interactuando con la materia consciente ayuda a definir texturas y formas arbitrarias que misteriosamente se integran a esa sensación de pensamiento que obsesivamente procuro en la totalidad de la imagen.
¿Cuáles técnicas utiliza para realizar sus pinturas?
Utilizo las técnicas mixtas y texturas, pero mi favorita es la de collage. Me considero un artista moderno, actual y contemporáneo, siempre estoy tras la búsqueda de la novedad con la actualización de los temas en la pintura dominicana. Mi pintura básicamente es un arte reflexivo. En la actualidad estoy incursionando en el informalismo y estoy tratando de crear una técnica un poco personal en la que dejo correr la pintura y una parte de ella misma se pinta. La otra técnica es la que yo llamo imprensura. Aquí utilizo una hoja de revista y materiales reciclaje, los modifico, los imprimo en una impresora digital, luego pinto encima de ellos y así logro un producto artístico muy particular.
¿ Ha realizado alguna exposición individual?
Sí, he realizado tres exposiciones individuales, la más reciente se titula “Windows: ventanas de placer”, en el 2011, en la Sala de Arte Ramón Oviedo del Ministerio de Cultura, aquí en Santo Domingo. Esta misma muestra la llevé a Santiago a la sala Natalio Puras (Apeco) del Palacio Consistorial de Santiago. En este mismo espacio cultural ya había realizado mi primera exposición.
¿Qué satisfacción le ha dado haber incursionado en la pintura?
Muchos artistas dicen que la pintura es la más terapéutica de todas las actividades artísticas, y sin duda alguna tienen toda la razón. Para mí, a diferencia de la literatura, en la pintura he encontrado ese inmenso gozo de lo que llamamos perfeccionarse conociéndose, que es la clave de la enseñanza que nos da el arte. Junto con la emoción estética he sentido un estado verdadero de liberación.
¿Cree usted que lo cultural tiene suficiente apoyo en RD?
Mal que bien el Ministerio de Cultura ha hecho bien su trabajo de apoyo a la clase artística de todo tipo. A nosotros lo que nos falta, y no es culpa del Estado, es más bien la proyección internacional. Nosotros, al ser una isla no hemos podido romper las barreras que nos aíslan del mundo, aunque exista el internet. De tal manera que todo lo hacemos aquí entre nosotros mismos. Algunos artistas plásticos dominicanos han salido al extranjero y les ha ido muy bien en el mundo del arte internacional. Un elemento de aporte del gobierno a nivel cultural en un futuro, sería aprovechar sus representaciones diplomáticas en el exterior para que en las sedes de las embajadas se realicen actividades culturales que promuevan nuestros artistas.
En el área literaria, ¿ha escrito algún libro?
Sí he escrito cuatro libros, todos de poesía. El primero se titula “Las voces”, lo escribí en mi juventud, de los 17 a los 22 años, y su primera edición fue publicada en 1982. También tengo otras obras, “El libro de los saltos”, “Voy hacia mi casa” y el más reciente titulado “Aniversario”, donde hago una reflexión entre el hombre y el mundo.
Admiración
Siento gran admiración y respeto por los artistas plásticos Domingo Liz (fallecido), Antonio Guadalupe y mi amigo Danilo de los Santos, de Santiago de los Caballeros”.
Un reconocimiento
Sí, mi cuento “La niña” me hizo merecer el Premio Nacional del Cuento de Casa de Teatro, en 1991”.
