“El cine está plagado de analfabetismo cultural”

Vivió una infancia y adolescencia traumatizada por la violencia trujillista contra la resistencia política de su madre, una “catorcista”, perteneciente al movimiento de resistencia antitrujillista 1J4; y de su padre, un combatiente constitucionalist

Vivió una infancia y adolescencia traumatizada por la violencia trujillista contra la resistencia política de su madre, una “catorcista”, perteneciente al movimiento de resistencia antitrujillista 1J4; y de su padre, un combatiente constitucionalista, desaparecido en agosto de 1965 al término de los fieros combates en Santo Domingo con el ejército estadounidense. Nacido en Constanza en 1953, Etzel no ha perdido la capacidad de asombro, ni la esperanza, sino que ha sabido superar los traumas. Se considera un sobreviviente que disfruta cada logro y cada día,  aprendiendo a transformar sus debilidades en potencia, y el miedo en audacia. Entiende que la frase que más lo define es la del estudiante Amín Abel Hasbún, que reza: “El que no lucha ya perdió”.  

¿Qué criterios sigue a la hora de hacer cine?
Lo primero que debe hacer una persona en cualquier acción de vida es desembarazarse del analfabetismo cultural, ingrediente decisivo como mal social, económico y político. Superado eso, el resto es luchar contra ese mal social en la sociedad. El cine está plagado de analfabetismo cultural, incluso de filmes realizados por maestros del cine. Hoy necesitamos más que nunca librarnos de la represión y explotación moderna que ha saturado a la sociedad dominicana con distorsiones ideológicas. Necesitamos mayor participación y democratización cultural. En eso es que venimos fallando y fracasan todos los partidos políticos, sin excepción. Hacer cine en un ambiente que desconoce lo que es política cultural democrática, progresiva e inclusiva, es nadar contra la corriente.

Usted dirige el proyecto de cine sobre el asesinato de Amín Abel Hasbún. Háblenos sobre el mismo.
Así es. Escribí el guión y lo dirijo. El productor es José Andrés Quezada, el mismo que produjo a “Duarte, Traición y Gloria”.  El elenco lo componen: Margaux Da Silva (Mirna), Guillermo Liriano (Amín), Ernesto Báez (Teniente Estrella), Pericles Mejía (Dr. Ariza), Yusell Félix (Paulina), Pablo David Quinteros (Ernesto Vantroi, de dos años), Mario Núñez (Sargento Portes), Héctor Then (policía servicio secreto), Ico Abreu (cabo Medina), William Simón (ayudante fiscal Tucídedes), Miguel Lecler (servicio secreto policial), Damaris Espaillat (secretaria Pura Rosa) y Miguel Lantigua. En 1970, creo que nació la idea de dedicarme al cine y realizar este tipo de cine de corte político, pero no fue hasta 1998 que comencé en serio a trabajar en dominar la técnica del guión. Entonces, “Amín Abel, la película”, es apenas una partecita del gran proyecto que vengo cocinando, en donde todo lo que hago en cine persigue trabajar en aspectos como la exclusión, amenaza y opresión del individuo en sociedad. La primera versión del guión la inicié en 2004. En 2002 leí el libro “El Gigante Dormido”, una biografía de Amín Abel Hasbún de la autoría de Fidel Santana y fue cuando encontré una mejor idea, que era muy innovadora para entonces, y ahora, luego, en 2010 consolidé el guión. Leí el interrogatorio y la investigación del gobierno de Joaquín Balaguer, lo que cambia mi visión y ordeno lo que tenía escrito con los interrogatorios, pero la pre producción no se produjo hasta enero de 2014 cuando alcanzo unos ahorros que me permitían lanzarse, y a la fecha he gastado de mi dinero sobre el millón de pesos. Gracias a la Ley de Cine y a las facilidades de la administración de la Dirección General de Cine, bajo la regencia de Yvette Marichal, obtenemos el Permiso Único de Rodaje en julio, y es cuando hemos podido materializar ese -diría- sueño para mí, que será una pesadilla para los que prohíjan el asesinato de adversarios políticos y la impunidad de crímenes.

¿Ha tenido algunas trabas en la industria del cine local?
Hemos tenido todo tipo de boicot y meteduras de pies, y cada acción en nuestra contra la hemos reconvertido en fuerza y determinación. Cuando nos han cerrado puertas o simplemente se han hecho a un lado y no nos han apoyado, como fue el caso de ADOCINE, es cuando hemos sido más audaces, al punto que filmamos en escasos 11 días con 18 horas de trabajos diarios, con un equipo hambriento y somnoliento de 63 personas. Y con un presupuesto que es el más módico de todos los sometidos a la DGCINE: RD$ 12 millones, incluidos impuestos.

¿Cuál fue su inspiración para realizar esta película?
Uno se inspira, pero lo que determina, lo que hace trascender es la experiencia de vida, el estudio y la reflexión. La misma inspiración para este filme ha sido el mismo motor para otros 38 guiones ya en re-escritura: primero creo que nací para el cine. En cualquier otra cosa soy un cero a la izquierda. Por ejemplo, siempre quise ser escritor de novelas, cuentos o poesía, pero nunca lo logré, solo se me dan bien los guiones; entonces, como tal puedo hacer lo que me plazca, lo que yo quiera escribir me va a salir bien, pero -¡oh, contrariedad¡- solo lo que me inspire, no lo que inspira a nadie.  

¿Qué quiere transmitir a la gente?
Que nos debemos unos a otros, que debemos vivir en paz y es posible lograrlo. Que la autodeterminación es posible, que el cambio social es necesario y se puede lograr, sin excluir y sin matar a nadie. Mi contradicción es que soy una fiera herida con quien abusa u oprime, y lo que quiero es verle desaparecer. La idea que signa este filme es la de que no existe en el mundo razón o motivo para matar a nadie, aun sea tu peor enemigo. Queremos un mundo lleno de comprensión y tolerancia. Ahora mismo lo que más anhelo es contribuir a retirar el dedo del gatillo.

¿Qué sigue ahora en su carrera?
Tenemos por ahí, de inmediato, ya en pre producción, los filmes “Salvando a David”, historia sobre un niño con síndrome de Dawn; “Los Palmeros”, sobre los acontecimientos del 12 de enero de 1972 con la caída en combate de Amaury Germán Aristy, Ulises Cerón Polanco, Virgilio Perdomo y Bienvenido Leal Prandy; además, “Por orden Superior”, que muestra el apresamiento de los asesinos del periodista Orlando Martínez.

Reflexión
Hacer cine en un ambiente que desconoce lo que es política democrática, progresiva e inclusiva, es nadar contra la corriente”.

Percepción
Me considero un sobreviviente, de manera que disfruto cada logro y cada día. Supongo que así será hasta que me llegue el día….”

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