Juan Nova Ramírez

El deporte ha perdido a una de sus grandes voces comerciales. Juan Nova Ramírez fue pura clase desde el principio hasta el final de sus días. Fue por décadas la voz comercial de los Tigres del Licey.Dueño de un estilo que se paseó…

El deporte ha perdido a una de sus grandes voces comerciales. Juan Nova Ramírez fue pura clase desde el principio hasta el final de sus días. Fue por décadas la voz comercial de los Tigres del Licey.

Dueño de un estilo que se paseó con altura por distintos escenarios con una dicción impecable. Maestro de generaciones que llevan el sello de calidad de sus enseñanzas en la locución y en la vida.

Marcó, asimismo, las transmisiones de baloncesto, voleibol y el boxeo, deporte que guardaba un lugar especial en sus preferencias, entre muchas otras actividades que realizó en su paso por este mundo que abandona a los 75 años.

Siempre con el respeto al micrófono, no importa los días o las horas de trabajo, la experiencia acumulada, el profesor Nova, como se le llamaba, sentó cátedras desde sus inicios, en la década del 60 del siglo pasado.

Se declaraba como una suma de lo que aprendió de los grandes de su época. Así se manejaba: sin asumir poses ni blasonar conquistas.

Era excelencia para manejarse en el más tranquilo perfil. Con el paso del tiempo, llegó a laborar con muchos de sus exalumnos en la Escuela Nacional de Locución Otto Rivera y, en una sociedad acostumbrada a las loas y a reverencias del rango, era el primero en reconocer a quienes ayudó a formar.

Hasta el momento de su partida era miembro del staff de las transmisiones de Grandes Ligas en CDN-Radio, donde le caracterizó la puntualidad, su sonrisa siempre a flor y el tono suave de sus palabras que sirvieron a muchos de orientación.

Se ha ido uno grande del micrófono que deja un legado para la historia de ese oficio. Excelente profesional, un gigante en la formación, y especialmente, un caballero, una persona correcta en el mejor sentido de la palabra. Educado, cortés, amigable y de buen humor.

Nos unimos al dolor de su esposa doña Marina Tejeda viuda Nova y de sus hijos Rosanna, Asunción, Luis Geraldo y Juan Nova, Jr.
Paz a sus restos. 

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