La integración del Caribe insular, ¿mito o realidad?

Es necesario enfatizar que el regionalismo en el Commonwealth del Caribe no es simplemente el producto de una planificación económica regional sino la consecuencia de más de 300 años de vínculos entre los antillanos. CARICOM es, en esencia, un…

La integración del Caribe insular ¿Mito o realidad?

El Caribe insular constituye la subregión de mayor diversidad política, económica y cultural dentro del hemisferio occidental, distinguiéndose, de acuerdo al legado colonial europeo, cuatro grupos principales: Español, Inglés, Francés y Holandés.

Es necesario enfatizar que el regionalismo en el Commonwealth del Caribe no es simplemente el producto de una planificación económica regional sino la consecuencia de más de 300 años de vínculos entre los antillanos. CARICOM es, en esencia, un intento de consolidar una comunidad económica dentro de una comunidad social pre-existente, con el fin de aumentar la confianza en sí mismos de cada uno de sus miembros por separado y de facilitar el cumplimiento de sus respectivos objetivos de desarrollo… Henry S. Gill[1]

Con este artículo terminamos las publicaciones de este año 2015. Continuaremos con el tema después de las fiestas. A veces es necesario detenerse, para repensar lo que hacemos. Otras veces solamente es necesario respirar y cambiar las preocupaciones intelectuales para dedicarse al sencillo hecho de disfrutar de las pequeñas cosas.

Continuando con la serie que iniciamos hace ya casi tres meses, seguimos con Caricom. Hurgando por las redes, localicé el trabajo del profesor Gill. El trabajo formaba parte de un estudio mucho más amplio que fue solicitado al autor por el INTAL que se titulaba “Aspectos institucionales y jurídicos (procesales) de la eventual adhesión de Haití y República Dominicana a Caricom”. El estudio fue preparado en los años 90, y presenta muchas interesantes reflexiones.

La primera parte de esa investigación es una reflexión sobre el origen, los objetivos y las perspectivas del Caricom como estrategia de integración[2]. El resumen que publicó la Revista, según este autor, la organización es un esfuerzo, un intento, por entender el proceso de consolidación de una comunidad económica en el marco de una comunidad social existente, cuyo propósito era, es todavía, el aumento de la confianza entre sus miembros, así como facilitar el cumplimiento de sus objetivos. Para los años 90, en el momento en que se escribió el artículo, decía que muy a pesar de que se había liberado el comercio interno existían problemas:

Si bien la mayor parte del comercio interno de Caricom ha sido liberado, todavía se deben superar problemas persistentes. El objetivo es que los bienes susceptibles de ser considerados en el Mercado Común no deberían estar sujetos a la aplicación de impuestos de importación o cargas de efecto equivalente.

En un estudio oficial sobre las medidas de control que afectaban el comercio de Caricom… se concluyó que, a pesar de que en la superficie no parecían existir demasiadas medidas discriminatorias… un examen más exhaustivo de la legislación, las regulaciones y las políticas y prácticas administrativas revelaban una amplia gama de medidas discriminatorias. [3]
Afirmaba que los valores del comercio intrarregional representaban a principios de los 90 cerca del 10% del comercio entre los países miembros, muy pero muy por debajo a las expectativas. Sin embargo, el comercio aumentó de 85.4 millones de dólares del Caribe Oriental a 1,309 millones en 1990. El profesor decía en su ensayo que un factor que había provocado el freno al crecimiento era la incapacidad de algunos Estados para cumplir con sus obligaciones, llegando al colmo de grandes retrasos de pagos en el comercio intrarregional.

El autor del ensayo señala que en la reunión que tuvo lugar en Nieves y San Cristóbal en julio 1991, se presentó un informe de progreso preparado especialmente para la Segunda Cumbre de Caricom. Según el citado informe, la comisión que lo elaboró sugería que se debía actuar de inmediato en las debilidades detectadas. En esa reunión, los representantes de los gobiernos decidieron puntos importantes. Entre ellos, podemos citar: promover la migración libre a nivel intrarregional, así como facilitar la movilidad de personas capacitadas y de alto nivel; pero sobre todo, constituir un Fondo de Inversiones del Caribe; dinamizar el apoyo internacional de las agencias bilaterales y multilaterales; y, como lo intentaba en ese momento la Europa central, dar los pasos necesarios hacia la creación de una moneda común.

Un año después, en la reunión especial que fue celebrada en octubre de 1992, los jefes de gobierno adoptaron varias medidas, a saber: fortalecer la integración, mejorar la estructura institucional, así como el proceso de aplicación de la Comunidad en lo relativo principalmente al comercio:

Si bien enfatizaron que la estructura total de Caricom continuaría siendo una Comunidad de Estados soberanos, acordaron que cada Estado miembro designaría a un Ministro con responsabilidad específica para los asuntos de Caricom, y que estos Ministros constituirían un Consejo de Ministros de la Comunidad del Caribe, que eventualmente remplazarían al Consejo de Ministros del Mercado Común como segundo órgano de la comunidad [4].
El autor, analizando las medidas de los encuentros, recomendó la creación de tres comunidades, una para cada tema: libre comercio y cooperación funcional; política exterior; y finalmente el mercado y la economía únicos. Advertía que cuando un Estado decidiese participar debía saber cuáles eran sus obligaciones. Concluye diciendo:

El concepto permite flexibilidad con respecto al nivel del proceso de integración al que los Estados miembros podrían comprometerse en cualquier momento, de manera de no retrasar el movimiento de avance de los demás, lo que puede ocurrir ahora fácilmente dada la existencia de la regla de unanimidad. [5]
Como puede verse, el Carifta, que luego se convirtió en Caricom, ha sido, incluso en la actualidad, un proceso de integración en constante integración, en el que había que vencer muchas dificultades, celos e intereses. Lo más importante es que los estados miembros buscaban, buscan todavía, convertirse en una alianza fuerte capaz de competir en un mercado cada vez más competitivo y dominado por los países grandes.
Feliz Navidad. Nos veremos en el año 2016.

FUENTES CITADAS
[1] Henry S. Gill, Caricom: origen, objetivos y perspectivas de integración en el Caribe, publicado por la Revista Integración Latinoamericana, julio de 1993.
[2] Ibídem.
[3] Ibídem, p 41.
[4] Ibídem, p. 43.
[5] Ibídem.

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El Caribe insular constituye la subregión de mayor diversidad política, económica y cultural dentro del hemisferio occidental, distinguiéndose, de acuerdo al legado colonial europeo, cuatro grupos principales: Español, Inglés, Francés y Holandés.

La promoción de la integración entre las islas del Caribe como mecanismo para fomentar el crecimiento económico y la relevancia política de la región en el contexto internacional, siempre ha sido un tema de trascendencia en la agenda de pensadores, intelectuales y líderes políticos regionales.

Sin embargo, ha sido precisamente la herencia de la fragmentación histórico-cultural, así como las diversas configuraciones de ordenamiento político derivadas de ella, los elementos que más han condicionado la idea de la integración regional entre las islas del Caribe. En este orden, en el Caribe hispano parlante tenemos antecedentes que se remontan hacia finales del siglo XIX, con la idea de la Confederación Antillana del patriota puertorriqueño Ramón Emeterio Betances. Por su parte, el Caribe anglófono conforma la iniciativa regional más significativa a la fecha, la Comunidad del Caribe (CARICOM) la cual está en vigencia desde 1973 pero con antecedentes que igualmente datan de finales del siglo XIX. También se puede mencionar la desaparecida Federación de las Antillas Holandesas como esquema de integración administrativa colonial que quedó disuelta en el 2010.

Como se puede ver, las diferentes iniciativas integracionistas se han caracterizado en gran medida por ser excluyentes y tener una limitada cobertura regional en términos de los países y territorios participantes. No se ha podido incorporar las diversas configuraciones políticas y culturales de los territorios insulares caribeños en un proyecto sub-regional de integración económica incluyente que permita combinar y armonizar de manera efectiva las potencialidades de dichos territorios para procurar una mejor inserción en un contexto internacional cambiante y cada vez más desafiante.

En consecuencia, la realidad caribeña generalmente se ha percibido más por ser un complejo mosaico de intereses particulares excluyentes y que compiten entre sí, que por ser una región con vocación para definir propósitos y objetivos comunes.

No obstante, aparte del evidente espacio y configuración geográfica, en el Caribe también se conjugan una serie de características y problemas comunes entre los países y territorios insulares que lo componen, los cuales justifican y hacen necesario la conformación de una agenda con visión de conjunto que vaya más allá de los enfoques segmentados tradicionales. Como complemento de lo anterior, en años recientes, la evolución del contexto internacional, combinada con la introducción de cambios en la dinámica interna en los distintos grupos insulares caribeños, ha venido propiciando de manera lenta pero sostenida, una serie de modificaciones en el escenario caribeño, que abren la posibilidad de avanzar en nuevas formas de vinculación entre los bloques, países y territorios que componen la región, permitiendo trascender el secular divisionismo que ha prevalecido entre ellos.

En los meses recientes, tanto alrededor de la región como fuera de ella, se han venido convocando iniciativas para debatir ideas y alternativas posibles para impulsar la convergencia y el desarrollo sostenible del Caribe.

En el caso particular de la República Dominicana, el estudio sobre la configuración y la interrelación con los diversos mecanismos de integración y cooperación caribeños ha sido relativamente limitado. Esto ha determinado un sesgo en cuanto a la visión generalizada de la realidad regional por parte de los sectores públicos y privados del país, así como del potencial que ésta representa para reforzar un proceso de inserción internacional más robusto y eficiente tanto en el aspecto político como en el económico.

Lo anterior hace propicio convocar a expertos regionales de los diversos territorios insulares, para exponer, analizar y compartir con una audiencia dominicana, las diferentes visiones y perspectivas sobre la realidad de las islas del Caribe, con el propósito de determinar y evaluar mejor las posibilidades concretas de renovar ideas y proyectos de cooperación e integración regionales en el contexto actual.

¿Qué buscamos con este evento?

Promover el entendimiento integral de las diversas realidades y visiones que condicionan las posibilidades para la integración y la cooperación regional en el Caribe insular.

Expositores

El grupo de expositores invitados posee una amplia experiencia académica en investigación y debate de los temas regionales. La diversidad de los expertos invitados busca ofrecer un balance de la representación de las diversas realidades del Caribe Insular.

Público

El evento está dirigido principalmente a la comunidad académica, pero también a representantes de la sociedad civil, del sector privado e instituciones gubernamentales vinculadas a las relaciones regionales.

Metodología

El seminario se iniciará con una sesión que tendrá como invitado al Secretario General de la Asociación de Estados del Caribe (AEC) para realizar una exposición inaugural. Al día siguiente, la dinámica será sobre la base de presentaciones de 30 minutos realizadas por los expositores, las cuales serán complementadas con sesiones de comentarios, preguntas y respuestas de 20 minutos. Todas las presentaciones, junto con los comentarios de los participantes serán el contenido de una publicación posterior que será distribuida entre las instituciones académicas y el público en general.

El seminario se realizará en Santo
Domingo, del 7 al 9 de octubre de 2015.
Contenido
Miércoles 7 de octubre, 7:00 p.m.
Sesión Inaugural: Charla Magistral. Auditorio I
Su Excelencia el Embajador
Alfonso Múnera, Secretario General de la Asociación de Estados del
Caribe (AEC)
“Desafíos y posibilidades para la
cooperación e integración en el Caribe
Insular: El rol de la Asociación de Estados de Caribe”
Jueves 8, 8:30 a.m. – 1:00 pm.
VOP -1, Edificio de Post Grado
Primera Sesión: Las iniciativas sub regionales

1.- Dr. Jessica Byron, Universidad de West Indies, Trinidad y Tobago
“La OECO: ¿Una referencia de integración exitosa?”

2.- Dr. Anthony Peter González, Universidad de West Indies, Trinidad y Tobago
“La Comunidad del Caribe (CARICOM) y el complejo camino de la integración”.

3.- Dr. Paul Latortue“Haití y su inserción en los mecanismos regionales”

Jueves 8, 2:30 p.m. –4:30p.m.
Segunda Sesión: Visiones insulares de cooperación e integración caribeña

4.- Sr. Jean Yves Lacascade, CARICOM, Martinica “La estrategia regional de los territorios franceses en el Caribe”

5.- Prof. Guido Rojer, Universidad de Curazao “Los países holandeses caribeños y su posicionamiento regional”

6.-Sr. Jorge Rodríguez Beruff, Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe “Puerto Rico en el contexto caribeño. Un enfoque pragmático”

Viernes 9, 8:30 a.m. –1:00 p.m.
Tercera Sesión:

7.- Milagros Martínez, FLACSO-Cuba “Hacia un replanteamiento del rol de Cuba en el Caribe”

8.- Panel de Análisis de la Política Exterior de la República Dominicana hacía el Caribe

Participantes:

Sra. Taiana Mora-Ramis, Presidenta, Cámara de Comercio Holandesa-RD;

Dr. Frank Moya Pons;

Prof. Miguel Ceara Hatton, PUCMM;
Sr. Bernardo Vega Boyrie;

Moderador: Iván Ogando Lora,
Director, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO-RD)

9.- Conclusiones y Clausura.

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