Salía todas las noches, cenaba fuera, iba al cine, pagaba taxis, se tomaba un trago social y, en muchas ocasiones, pagaba por los demás. Creo que por esa razón, y no por otra, todos coincidían en que era una jeva “cool”.
“El dinero solo sirve para disfrutar la vida” solía decirse ella hasta que comprendió que no iba a ser una heredera y que no había razón para derrochar su sueldo a diestra y siniestra, como si el mundo se fuera a acabar en el próximo instante.
No te pierdas. La gente manirrota, desprendida, suele gozar del sinónimo de chévere o “cool”, tan solo porque asume la cuenta de los demás y le da una “beca” al amigo que -aunque trabaja- nunca tiene un chele en los bolsillos. A este tipo de personas la invitan a todos los lugares, tiene alfombra roja para todo tipo de “party” y un séquito de admiradores que le siguen… hasta que el bolsillo se rompa.
La chica de esta historia duró tres meses “en olla”, “broke”, y no salía de su casa porque era muy orgullosa para decirle a alguien que pagara por ella en los bonches.
Cuando regresó al grupo de amigos, notó que dos de sus panas, incluido el que nunca tenía un peso, habían comprado dos vehículos. Como si fuera poco, tuvieron la cara dura de cuestionarla y decirle que ya era tiempo de que ella pensara en comprarse un carro. «Ya nada más faltas tú», le dijeron no sin antes cuestionarla sobre lo raro que resultaba que ella, que no tenía compromisos, todavía no estuviese “montada”.
¿Cómo sucedió? Al principio ella no lo comprendía, pero más tarde se dio cuenta de que mientras ella se descapitalizaba siendo chévere, sus panas estaban ahorrando cada mes para lograr sus sueños.
Ella, en su inmadurez, no se percató de que el estilo de vida que llevaba era superior al ingreso que tenía por concepto de sueldo. Se dio un gustazo y obtuvo un trancazo.
Un día la encontré en una plaza. Su época de derroche había pasado y con esfuerzo había alcanzado la libertad financiera. Tenía carro y estaba por comprar su apartamento antes de cumplir los 30 años.
Con sorpresa, le pregunté que cómo logró tener estabilidad financiera y ella, primero me regaló una sonrisa y luego me obsequió una respuesta que, tres años después, aún tengo en mi escritorio. Su frase de inteligencia de bolsillo: “Lo logré porque la heredera que no soy aprendió a comportarse”.
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Este blog lleva por nombre «La Mansión del Barrio», líneas en la que Lissette Rojas, creadora del portal www.dineroideasrd.com, se apiada de la situación de la mayoría de los bolsillos que «burean». Excelente para todo el que busca ahorrar, sin dejar de disfrutar.
¿Quién es Lissette?
Lissette Rojas, periodista dominicana con vocación literaria. Ama atrapar historias y sensaciones con su lápiz HB número dos. Siempre a la zurda, desde 2001 dibuja con su prosa la vida del prójimo y sus interioridades, buscando explicaciones en las pequeñeces. Curiosa y distraída. Ha trabajado para el Semanario Clave, El Caribe, Listín Diario y Radio Televisión Dominicana. En 2009 ganó el primer lugar del Concurso de Cuentos de Radio Santa María con su relato “La niñera y El Grito”. Antes, en 2008, obtuvo una mención de honor en el Concurso Internacional de Cuentos de Casa de Teatro con “En territorio de niños herejes” y en el Concurso de Cuentos de Alianza Cibaeña con “La mosca que haría temblar a Suiza y otros cuentos”.
