Hagamos justicia… con la Justicia

El pasado 15 de noviembre el Consejo del Poder Judicial decidió suspender cinco jueces, por supuestamente pertenecer a una estructura que se dedicaba a manipular procesos judiciales y negociar libertades de personas asociadas al crimen organizado,…

El pasado 15 de noviembre el Consejo del Poder Judicial decidió suspender cinco jueces, por supuestamente pertenecer a una estructura que se dedicaba a manipular procesos judiciales y negociar libertades de personas asociadas al crimen organizado, específicamente, en las áreas de narcotráfico, lavado de activos y corrupción.

¿Qué razones podrían llevar a las personas a actuar deshonestamente? Algunos estudiosos sostienen que varias son las causas que pueden explicar este comportamiento. En la escuela, muchos estudiantes que optan por copiarse en los exámenes o “sacar chivos”, lo hacen por que son perezosos, prefieren compartir con los amigos en vez de sacar tiempo para estudiar. La pereza, por tanto, podría ser una de las causas.

La falta de capacidad para progresar en la vida y mantenerse al ritmo de los demás, es otro factor que puede llevar a una persona a actuar deshonestamente. A esta se agrega la presión de los amigos del barrio, la escuela o la universidad, o de sus propios colegas. Si estos son deshonestos, es posible que usted termine comportándose de manera similar.

Algunos sostienen que la causa es genética. Si el gen de la codicia aparece en la configuración del ADN de una persona, su comportamiento probablemente será deshonesto.

Otra causa que se esgrime son los valores morales invertidos o confundidos. Si usted viene de una familia donde sus padres se comportaron con deshonestidad, existe una alta probabilidad de que usted exhiba en el futuro un patrón similar en sus actuaciones.

Finalmente, y no por eso menos importante, encontramos como posible causa la situación financiera de la persona. Si sus ingresos no le alcanzan para satisfacer sus necesidades y las de los suyos, usted, presionado por la precariedad financiera y las deudas en que puede haber incurrido, podría incurrir en prácticas deshonestas.

Está claro que esgrimir una o varias de las primeras 5 causas listadas como las detonantes del supuesto comportamiento deshonesto de los jueces suspendidos y llevados a juicio disciplinario, constituye una aventura altamente especulativa. No disponemos de información que nos permita emitir una opinión calificada sobre esos potenciales detonantes.

Aunque la última de las causas, la situación financiera del juez, también requiere disponer de bastante información para tratar de entender lo que puede haber llevado al supuesto comportamiento deshonesto de los imputados, existe por lo menos información sobre la remuneración de dichos jueces, pues la Suprema Corte de Justicia, en su portal, publica los salarios de todas las personas que laboran en el Poder Judicial.

Tres de los jueces suspendidos tenían una remuneración mensual de RD$115,000 (RD$97,220 neto de la retención del impuesto sobre la renta); uno ganaba RD$155,000 (RD$127,220 neto de Is/R) y el otro RD$166,220 (RD$135,635 neto de Is/R). Estos salarios pueden lucir considerables en un país de bajos salarios como el nuestro. Sin embargo, parecerían estar por debajo del nivel que iguala el valor del servicio público esencial que está llamado a ofrecer un juez.

Si la única fuente de ingreso mensual de un hogar conformado por un juez, su esposa y dos hijos, es el salario de RD$97,220 neto de impuesto, la suficiencia de dicho ingreso dependerá de las necesidades de alimentación, educación, salud, transporte, combustibles, seguros, alquiler de vivienda o apartamento, enseres domésticos y muebles, electricidad, teléfono celular y residencial, cable, agua, vestimenta, zapatos, pago de servicio doméstico, cuota de mantenimiento si vive en edificio, recogida de basura y algo para entretenimiento fuera del hogar.

Me atrevería a decir que casi la totalidad de los abogados del país dirían que ese salario resultaría insuficiente. Si a eso le agregamos a la estructura salarial un componente que estimule al juez a actuar siempre con honestidad, la insuficiencia de los RD$97,220 ó US$2,137 mensuales resultaría obvia, mas aún si se tiene en cuenta que en muchos casos, los juicios sobre supuestos delitos de narcotráfico, lavado de activo, corrupción pública y fraudes privados involucran montos de cientos y hasta miles de millones de pesos y dólares.

El lector podría concluir que República Dominicana podría tener un Poder Judicial como el que aspiramos todos los dominicanos, mejorando significativamente los salarios de nuestros jueces. No hay duda de que esta medida podría contribuir a la consecución de esa meta, pues además de desincentivar el comportamiento deshonesto, podría crear las condiciones para que profesionales del derecho bien calificados sean atraídos a la carrera judicial.

Lamentablemente, la justa y necesaria mejora de los salarios de los jueces dominicanos, por el momento, no parece fiscalmente posible. A pesar de que en el 2015 al Poder Judicial le correspondía un presupuesto de RD$10,402 millones, el Gobierno sólo pudo asignarle RD$5,322, prácticamente la mitad de lo que manda la Ley 194-04.

¿Se debe esto a que el Gobierno no valora la importancia de contar con una justicia de calidad mundial? En lo absoluto. El problema es que con 14% de presión tributaria es extremadamente difícil cumplir con todas las asignaciones presupuestarias establecidas por leyes específicas. Sólo una, la de educación, se lleva casi el 30% de los ingresos del Gobierno.

Es por eso que en el 2015 al Poder Judicial sólo pudo asignarse RD$5,322 millones, equivalente a US$118 millones. Es por eso que en los últimos cinco años, el presupuesto del Poder Judicial en el país apenas ha subido de 0.17% a 0.18% del PIB. Y es por eso también que la República Dominicana, en el 2015, es el país de la región que menos recursos asigna a la justicia, apenas 0.18% del PIB, equivalente a la tercera parte del promedio de 0.53% que invierte la región este año.

Dejemos a un lado las poses y la hipocresía. Si como país, en vez de invertir más en la justicia preferimos divertirnos con Sanky Panky, Vamos de Robo, Mi Angelito Favorito, Feo de Día Lindo de Noche, Cristiano de la Secreta, Ladrones a Domicilio, I Love Bachata, Los Paracaidistas, Perico Ripiao, Profe por Accidente, Ponchao, Al Fin y Al Cabo, Lío de Falda, Un Macho de Mujer, Play Ball, Santicló, Pa’l Campamento, Un Lío de Dólares, Arrobá, Mi Novia está de Madre, 3 al Rescate, De Pez en Cuando, ¿Quién Manda?, Morir Soñando, Negocios son Negocios, Lotoman, Locas y Atrapadas, Quiero Ser Fiel, Mi Amor en el Paraíso, Ladrones y El Pelotudo, gracias a miles de millones en exenciones fiscales que otorga el Estado, entonces no nos quejemos cuando algunos de nuestros jueces nos desilusionen con sus sentencias.

Queremos una justicia de primer mundo asignando recursos como si fuéramos un país de cuarto mundo. Olvidémoslo. Eso no es ni será nunca posible. 

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