Tener la oportunidad de vivir en un país, el cual es el centro de turismo del Caribe y punto central de visita al mismo desde muchos continentes, es una gran bendición. La naturaleza ha dado a República Dominicana una característica muy particular, y que no encontramos en cualquier lugar, y es la capacidad de acoger con los brazos abiertos a todo aquel que llega a nuestra tierra, sin importar idioma, color, nacionalidad o cultura. Esto lo pueden apreciar muy bien quienes les ha tocado viajar a otros lugares del mundo.
Hace unos meses estábamos siendo bombardeados con una serie de juicios y opiniones con los que se han querido salpicar estas características que nos han llevado a ser el corazón turístico del Caribe. Sin embargo, esto ha despertado en la población un profundo sentimiento de defensa nacional, para reafirmar y cuidar todo lo que tenemos y somos. No creo que haya otro lugar de gente con brazos abiertos para recibir y compartir lo que tenemos con aquellos que por múltiples razones (trabajo, vacaciones, turismo de salud, etc.) visitan nuestro país. Colectivamente, se ha despertado una necesidad de, no solo resaltar, sino apoyar a nuestras autoridades en todo aquello que signifique o implique valorar lo que somos, un terruño muy especial. Es propicia la ocasión para sacar un elemento que todos debemos empezar a evaluar: el alto índice de accidentes de tránsito, que cada día arrancan las vidas a personas de diferentes ciudades y carreteras, lo que nos convierte en el segundo lugar del mundo en accidentes de tránsito. En las últimas semanas han sido fatales y aparatosos los que se han producido en diferentes vías, dejando grandes pérdidas de vida. La protección de unos a otros, cediendo el paso, cuidando la velocidad, tomando prevención en los vehículos de motor y las condiciones de los mismos, sería un gran aporte para nuestras autoridades, y aún más, a todas nuestras familias que esperan en sus casas el regreso de sus seres queridos sanos y salvos. Evitar el manejo temerario, especialmente en carreteras y calles, y aún más, habiéndolo ya comentado, la evaluación exhaustiva de los conductores de vehículos pesados, es una gran manera de también defender nuestro país, cuidar a los que nos visitan y acogernos entre todos. l
