NCIS, desde que se presentó por primera vez el 23 de septiembre del 2003, empezó a ganar el interés de millones de fans, al alcanzar, 10 años más tarde, la recepción de 22 millones de vistas a la semana, siendo la serie de televisión más vista de los Estados Unidos. A medida que se desarrolla la historia conocemos personajes que agregan aún más comicidad y misterio a la serie, como es el caso de Ziva, o de Samantha Ryan, la nueva pareja de Gibbs.
NCIS tiene un recurso interesante para llamar la atención de los televidentes de ahora: mezcla las escenas de investigación y acción con las características graciosas de sus personajes. El carisma de Tony, además de su amplia cultura en el mundo del cine, la rudeza de Ziva, la inocencia de McGee, la sabiduría de Ducky, lo extraño y cómico de Abby, y el secreto de la vida de Gibbs hacen que la trama resulte más interesante que cualquier otra serie de investigación forense.
No obstante, en este final de temporada se dejaron muchos cabos sueltos. La explosión en el edificio de NCIS mientras todos los agentes se encontraban dentro nos hace pensar si será éste no sólo el final de la temporada, sino también el final de la serie. El que a Ducky le haya dado un paro cardíaco al recibir la llamada telefónica pidiendo que hiciera la autopsia de los cuerpos sólo aumenta las especulaciones de que todos han muerto.
Los fanáticos no renuncian a la idea de que hay una nueva temporada para encontrar una respuesta a sus inquietudes: ¿Habrá sido coincidencia que Ziva y Tony quedaran atrapados en el ascensor? ¿Qué será del personal de NCIS a partir de la explosión? ¿Qué habrá pasado con Abby, estando su laboratorio justo debajo de la bomba? Y la pregunta que seguramente se resolverá en la próxima temporada: ¿Quién estuvo detrás de todo esto?
