Economía estará atada al exterior

La economía dominicana tendrá simultáneamente en el sector externo su principal desafío y fortaleza durante el 2012, período en el que se espera un comportamiento económico mixto: expansivo primero y restrictivo d

La economía dominicana tendrá simultáneamente en el sector externo su principal desafío y fortaleza durante el 2012, período en el que se espera un comportamiento económico mixto: expansivo primero y restrictivo después. El precio del petróleo y de otros bienes esenciales, que se prevé seguirán altos, representan el principal factor de desequilibrio, por el contagio que representan para los precios internos.

Pero el elemento favorable, que puede compensar en algo los desequilibrios producidos por el petróleo y sus derivados en la balanza de pagos dominicana, serán las exportaciones mineras del país, que por el inicio de operaciones de la Barrick y la consolidación de las actividades de la Falconbridge, proyectan montos considerables de ingresos.

El sector privado, cuyo consumo es el eje sobre el cual se mueve el producto interno bruto (PIB) dominicano, proyecta que asumirá una actitud conservadora durante la primera mitad del 2012, un año electoral que ha despertado ciertas aprensiones sobre el manejo fiscal, según los pronunciamientos de las principales organizaciones empresariales.

Se espera, y quizás esa es la base de la “preocupación” de los empresarios, que el Gobierno acelere en la primera mitad del año una serie de obras públicas, que pudieran calentar la economía y ensanchar el sendero de déficit fiscal por el cual transitan las finanzas públicas durante los últimos tres años.

Hay la percepción entre economistas independientes y empresarios que la economía pudiera tener dos velocidades durante el 2012, una más acelerada entre enero y abril, y otra más lenta, quizás con algunos ajustes para corregir posibles calentamientos, a partir del segundo semestre. El FMI puede que entre en acción a partir de ahí, con un nuevo acuerdo o la continuación del actual, que se encuentra en estado de suspenso.

Presupuesto optimista

El presupuesto del 2012, por RD$430,000 millones, fue diseñado basado en un panorama económico optimista. El hecho de ser mayor en RD$40,000 millones al del año actual, refleja que el “conservadurismo” no invadió las expectativas de quienes hicieron las estimaciones de ingresos y gastos del sector público para el 2012.

Las bases sobre las cuales se sustenta el presupuesto del próximo año son bastante optimistas. El Ministerio de Hacienda prevé que la economía dominicana crecerá a una tasa del 5.5 por ciento en términos reales, un nivel que sería superior al esperado para el año que concluye, que en el mejor escenario sería un cinco por ciento.

Asimismo, la inflación proyectada para el próximo año sería de 5.7 por ciento “en consonancia con los compromisos asumidos en el Acuerdo Stand-by firmado con el FMI en octubre del 2009”, dice el presupuesto del 2012, en la parte introductoria.

Las previsiones del Banco Central, aunque en los mismos rangos, son ligeramente inferiores a las de Hacienda, en cuanto al crecimiento esperado de la economía. El BC, principal hacedor de cuentas nacionales en el país, ha proyectado que la economía crecerá entre 5 y 5.5 por ciento en el 2012.
Otros dos pilares sobre los cuales se diseñó el presupuesto, una tasa de cambio a 40.30 pesos por dólar y un barril de petróleo a US$101.00, podrían tener comportamientos diferentes a lo proyectado.

El petróleo, por ser un elemento que no responde a los mandatos de las políticas económicas internas, es un elemento de contingencia, que tal vez distorsione las proyecciones presupuestales. En el presupuesto del 2011 que concluye el Gobierno estimó originalmente que el barril se cotizaría a un promedio de US$83.50, pero ese nivel fue rebasado antes del primer semestre del año, provocando que fuera necesario hacer un presupuesto complementario para, entre otras cosas, duplicar la asignación original al subsidio para el sector eléctrico.

El dólar

En cuanto a la tasa de cambio, el estimado hecho por el Gobierno, tomando en cuenta el comportamiento de los últimos años, parece una estrategia para lograr cierto ahorro en los gastos fiscales dolarizados, como el servicio de la deuda externa. Se espera que el tipo de cambio se mantenga entre 39 y 39.50 pesos por dólar. Para el 2011 el nivel proyectado fue de RD$39.00 por dólar, nivel que quedó por debajo en algunos puntos.

El comportamiento de la economía tiene una estrecha vinculación con el acuerdo que firmó el país con el FMI, ahora en una especie de suspenso, por diferendo entre el organismo multilateral y el Gobierno dominicano en torno al sector eléctrico.

El acuerdo, que todavía tiene pendiente por desembolsar unos US$500 millones de los US$1,700 millones pactados, ha servido para el desembolso de una serie de recursos externos contratados para financiar los presupuestos de los dos últimos años y del próximo.

El sector privado, que reclama preservar el acuerdo, ve en el FMI un garante de uso racional del presupuesto.

Pero el ambiente alrededor del FMI parece estar proyectando una nueva incursión en el sistema impositivo. Recientemente las autoridades informaron de la presencia en el país de una misión del Fondo analizando el sistema impositivo dominicano, cuya última modificación se produjo en junio pasado, cuando se crearon algunas figuras impositivas y se ampliaron otras, con un estimado de recaudación proyectado en unos RD$9,500 millones anuales.

El propósito de esas medidas, que incluye la creación de un impuesto del 1% sobre los activos productivos del sistema financiero, fue enfrentar el déficit fiscal que afectaba al Gobierno y generar un excedente para destinarlo al sector educación. Pero los principales impuestos creados tienen una vida definida, dos años de vigencia.

Ya el Ministerio de Hacienda ha dicho que le resultará difícil elevar la presión tributaria (proporción de ingresos fiscales sobre el PIB) al 15%, porque los principales impuestos creados por la reforma de junio pasado cesan en dos años.

El sector privado, que parece “sospechar” una nueva embestida tributaria, ha planteado, en una especie de posición adelantada, la necesidad de que en el país se produzca una reforma fiscal integral, donde no solo se trate el lado de los ingresos, sino esencialmente la parte de los gastos.

El Gobierno, vía el Ministerio de Hacienda, ha expresado un acuerdo con la reforma fiscal integral, pero enfatizando en la necesidad de racionalizar las exenciones fiscales vigentes, por las cuales el Estado incurre en un “gasto fiscal” sobre los RD$110,000 millones al año. 

Los empresarios con la estabilidad

El sector empresarial tiene como su principal apuesta para el 2012, la preservación de la estabilidad macroeconómica, para cuya consecución reclama que se preserve el acuerdo con el FMI. La Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios, el ala joven de los hombres de negocios, dijo esta semana que ante la difícil coyuntura económica internacional, el acuerdo constituye un “contrapeso ante cualquier intención de utilizar los recursos públicos para la campaña electoral”.

Y la AIRD, el buque insignia del empresariado, dijo que espera que el Gobierno “continúe sosteniendo la estabilidad de la macroeconomía y que retome el camino de la institucionalidad con la aplicación de la Ley 392-07 (ProIndustria) que obliga al pago del ITBIS en Impuestos Internos y no en Aduanas”.

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