El último de los pormenores entre la pareja -bautizada como los  Rihanna y Chris Brown en olla- fue que el artista de música urbana fue sentenciado el 17 de este mes a tres meses de cárcel preventiva por agresiones físicas y verbales hacia Heredia.

Además del desfile de ex compañeras de Vakeró quienes lloraron en televisión nacional por la sentencia, uno de los eventos que más revuelo ha causado es que el intérprete de “que mujer tan chula” se tuvo que despedir de su melena de dreadlocks para ser ingresado a la cárcel de San Pedro de Macorís.

Como si se trataba de la cabellera de sansón, Vakeró y sus fanáticos (as) hicieron su “chiqui show” para evitar la “desgracia”. Entre las tácticas implementadas fue la elaboración de un recurso de amparo argumentando que el artista pertenece a la religión Rastafari en la que el acto de raparse el cabello es un pecado. La medida  no fue ni siquiera discutida e inmediatamente Vakeró quedó en la categoría Tulile – Hipólito, dígase calvo.  

Nota: 

Puede ser que, ya que la sentencia fue una medida preventiva y en cualquier momento el acusado puede ser absuelto por la ley de demostrarse su inocencia, el acto de raparle la cabeza pudo ser una acción premeditada.

Aquí comparamos algunas doctrinas Rastafaris con datos de Vakeró  a ver si la medida legal aplicaba.

Alcohol

Rastas: la ingesta de alcohol por los rastas es considerada una práctica dañina ya que el cuerpo es un templo y debe mantenerse limpio de bebidas fermentadas.

Vakeró: autor de la canción “El alcohólico” donde declama: “que no se termine mi ron porque es mi medicina, que se acabe el arroz, la leche, la gasolina”.

Dieta

Rastas: comen un tipo limitado de carnes. No comen mariscos ni carne  y muchos deciden abstenerse por completo a la ingesta de carnes y deciden ser vegetarianos.

Vakeró: es difícil imaginar a Vakeró diciéndole que no a unos chicharrones de Villa Mella o teniendo una cena “vegan” de Navidad.

¿Será cierto que Vakeró obedece los dogmas Rastafari? Le daremos el beneficio de la duda. Pero, si no es así, ni Justin Bieber debió hacer un escándalo al cortarse el cabello ni Vakeró debe esperar un trato preferencial y tratar de “agarrarse” de creencias religiosas al ser acusado de un crimen de tanta gravedad como es la violencia en el hogar. 

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