Dos aniversarios en una temporada de lujo

La temporada de conciertos de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) ha unido la fiesta de su aniversario 70 con la celebración mundial de los 200 años del nacimiento del legendario compositor y pianista húngaro Franz Liszt.

La temporada de conciertos de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) ha unido la fiesta de su aniversario 70 con la celebración mundial de los 200 años del nacimiento del legendario compositor y pianista húngaro Franz Liszt.

El público que asistió al primer recital en la sala Carlos Piantini del Teatro Nacional Eduardo Brito consideró que el director dominicano José Antonio Molina ofreció una excelente interpretación y una selección de obras, que sirvieron como un “bálsamo de paz” y de “armonía para el alma”.

Y así fue. Desde que Molina tomó la batuta a las 8:35 de la noche, del pasado miércoles, con la primera sección “Lento Maestoso”, que compone el repertorio de la pieza “Danzas de Galanta” -creada por el compositor Zoltan Kodaly en 1933 con el objetivo de celebrar el 80 aniversario de la Sociedad Filarmónica de  Budapest-, los asistentes disfrutaron de una exquisita función de alto nivel.

“Allegro Moderato”, “Allegretto con moto” y “Allegro Vivace” completan “Danza de Galata, un repertorio que mezcla la música clásica y la  popular húngara, inspiradas  en la ciudad denominada Galanta ( hoy territorio  eslovaco) donde  Kodaly vivió durante siete años de su infancia.

Mejor le siguió el “Concierto No.2 para piano y orquesta”, que trajo a escena a la pianista servia Jasmina Gavrilovich, ganadora del premio especial de la competencia “L. Van Beethoven”, para rendir homenaje al autor de la obra Franz Liszt.

Con una magistral ejecución de la orquesta, el Concierto No.2 inicia con la seccion “Adagio sostenuto Assai”, un tema presentado por los intrumentos de viento, apoyado por el piano con unos arpeggios, los que dan paso a acordes mezclados con octavas, para nuevamente escuchar los arpeggios que se entremezclan con acordes, movimientos cromáticos, partes escalísticas y una muestra del pianístico lisztiano conjuntamente con la orquesta, que establece el alcance con la segunda sección “Allegro agitado Assai”.

Para finalizar la pieza, Gavrilovich y Molina, en conjunto con la orquesta, entregaron “Allegro moderto”, la cual elevó las emociones en la sala con sus pequeños, pero significantivos solos efectuados por el violonchelo.

La segunda parte, más emotiva no pudo ser

Luego de un receso de unos 20 minutos, fue presentada la tercera y última pieza “Cuadros de una exposición”, que cuenta con un repertorio de 10 secciones, iniciando con “Gnomos (Sempre vivo)”, seguido de “El viejo castillo (Andante molto cantábile e con dolor)”, “Tullerías (Allegretto non troppo, capriccioso)”, “Bidlo (Sempre moderato pensante)”.

Las mejores conquistas de aplausos proseguirían con el “Ballet de polluelos en sus cáscaras (Scherzo vivo leggiero)”, “Dos judíos polacos (Andante)”, “El mercado de limoges (Allegretto vivo, sempre scherzando)”, “Catumbas (largo) con los muertos en una lengua muerta (Andante non troppo con lamento)”. Mejor estuvo  “La cabaña sobre patas de gallina (Allegro con brío feroce)” y “La gran puerta de Kiev (Allegro alla breve. Maestoso. Con grandezza)”, para dejar extasiado al público.

Nueve días inolvidables

La reacción del público de principio a fin del concierto fue tan placentera que algunas personas confirmaron a El Caribe al final de la función su asistencia a las demás presentaciones que realizará la Orquesta Sinfónica Nacional hasta el 9 de noviembre, en la sala Carlos Piantini del Teatro Nacional Eduardo Brito.

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