Los consejos que compartiré en este momento, definitivamente son el camino menos usado y pueden parecerte algo radicales y diferentes, pero de seguro te pueden encaminar a un 2015 totalmente diferente, en materia de dinero.
La manzana envenenada
De repente a todos les caes bien.
En estos días todo el mundo te quiere prestar, tus amigos, los bancos, los comercios, las tarjetas de crédito… hasta hacen un Black Friday para que aproveches las ofertas. En fin, pareciera que de repente le caes bien a todo el mundo, pero no creo que sea porque te hayas vuelto más popular, más bien quizá sea porque saben que por ahí se aproxima uno o varios extras (doble sueldo y bonificación), y la idea de todos los comercios es captarte primero para que lo utilices en sus tiendas.
Solución: Resiste cualquier tentación de compra antes de entrar a la temporada navideña, porque si tu doble sueldo no está comprometido todavía, con estas compras estarías empezando a hacerlo. Hazte de cuenta que diciembre es un mes como cualquier otro y realiza tus compras con lo que ganas normalmente de sueldo.
El camino menos transitado
No compres nada en diciembre.
Seguro esta fue tu reacción: ¿Qué? ¿Qué no compre nada? Es muy probable que hayas pensado que nos equivocamos de artículo. Pues no, no lo hemos hecho. Por duro que suene esto, tiene una tremenda lógica y lo quiero explicar de la manera más sencilla posible, sólo es cuestión de oferta y demanda.
¿Y qué quiere decir esto? Que a mayor cantidad demandada, los precios aumentan, y a menor cantidad demandada o a exceso de oferta, los precios disminuyen. Como en diciembre, casi todos cobramos doble sueldo y bonificación, hay mayor circulante en las calles, por lo que casi todo el mundo sale de compras y va a las tiendas. Esto provoca que se demanden más artículos de lo normal. Los dueños de negocios, sabiendo esto, pueden decidir aumentar el precio de sus artículos para evitar que se esté demandando más de sus negocios de lo que él o ella pueden ofertar.
Ok. Pero, ¿qué pasa en enero y febrero? Totalmente lo contrario. En ambos meses lo común es que la mayoría de la gente no tenga dinero disponible para gastar y que las tiendas todavía tengan mercancía de diciembre. Esto se traduce en mucha oferta y poca demanda de las personas que compran, lo que debe traer como resultados reducciones de precios, ofertas de 2×1, súper especiales y todo tipo de descuentos para no dejar perder la mercancía.
Solución: Si puedes aguantar tus tentaciones navideñas hasta finales de enero del próximo año, podrás sacarle mucho más valor a tu dinero. El esperar un mes más para hacer todas tus compras de diciembre, no sólo te permitirá adquirir más cosas, sino que posiblemente te quede para ahorrar. Ahora, como sabemos que comprar nada puede ser casi una utopía les daré el consejo que yo mismo aplico para vencer la tentación: hacerme un sólo regalo en todo diciembre, que casi siempre es la ropa que quiero ponerme en año nuevo o un gadget tecnológico.
La trampa de lo correcto y lo que conviene
Decisiones financieras o emocionales
Muchas personas me consultan si es correcto saldar los préstamos de tasas altas en este mes. En teoría sí. Siempre será correcto abonar al capital o pagar los préstamos que tienen las tasas más altas, pero esto se parece mucho al dilema de lo correcto o lo que conviene.
Saldar los préstamos de tasas altas en diciembre, aunque financieramente es lo correcto, emocionalmente no siempre lo es. ¿Por qué? Bueno, porque la enfermedad no está en la sábana. Pagar los préstamos que tienes no va a curar mágicamente la razón que los creó. Hábitos como compras compulsivas, no llevar control real de tus gastos, gastar más de lo que ganas y sobregirar las tarjetas de crédito son hábitos que hay que trabajar y curar antes de saldar con préstamos nuevos o con el doble sueldo de diciembre.
Solución: Identifica los malos hábitos primero (si los tienes) y busca corregirlos con disciplina y tiempo. Si lo consideras necesario, busca ayuda externa para que te acompañen en este proceso. Mientras, con tu doble sueldo, abre certificados financieros (dinero que pones a plazo fijo en el banco de tu preferencia) para aumentar tu patrimonio y de paso tu confianza.
