Cuidemos a nuestros niños

Las muertes trágicas siempre son motivo de lamentaciones, pero cuando se trata de niños el grado de dolor aumenta, por ser éste  uno de los segmentos más vulnerables de la población, que necesita mayor atención y cuidado.Por segundo…

Cuidemos nuestros niños

Cuando decidimos convertirnos en padres, asumimos la responsabilidad más hermosa de nuestras vidas, pero también la más importante y seria. No se trata solo de dejar nuestra descendencia, es asumir el compromiso de educar para el futuro,…

Las muertes trágicas siempre son motivo de lamentaciones, pero cuando se trata de niños el grado de dolor aumenta, por ser éste  uno de los segmentos más vulnerables de la población, que necesita mayor atención y cuidado.

Por segundo fin de semana consecutivo se producen muertes múltiples de niños, infantes en algunos casos, en circunstancias muy dolorosas.

Cuando todavía la colectividad no ha superado el estupor, el horror que le produjo la noticia de la muerte por quemaduras de cinco niños, en tres sucesos diferentes, vuelve otra funesta noticia, esta vez con un balance mayor de infantes muertos.

Al rosario trágico, se le agregó el caso de la muerte por asfixia de un niño dejado en el interior de un vehículo por su padre.

En los casos de este funesto fin de semana, hubo uno referente a una niña que murió asfixiada al enredarse en la sábana de la cama donde estaba acostada; dos hermanitos de nacionalidad haitiana, de 5 y 7 años murieron quemados al incendiarse la vivienda donde residían en una comunidad rural de Montecristi. También hubo un caso de una extraña muerte por ahorcamiento con un alambre telefónico de un menor de cinco años, y otro caso de una niña de cuatro años que se ahogó en la piscina de un hotel en la zona de Bávaro.

En fin, una cadena trágica de muertes infantiles que ponen en duda la capacidad de la sociedad para cuidar a sus niños. Hay circunstancias en las que pudiera admitirse, no justificarse, la explicación del descuido. Pero hay otras en las que resulta difícil asimilar la falta de atención.

No es tiempo de recriminar a ningún padre que enfrenta el dolor de haber perdido un hijo en un hecho trágico. Pero para el resto de la sociedad debe haber algún tipo de reflexión, de mensaje, porque no es posible que sigan sucediendo casos como los comentados.
¡Tenemos que cuidar nuestros niños! l

Posted in Sin categoría

Cuando decidimos convertirnos en padres, asumimos la responsabilidad más hermosa de nuestras vidas, pero también la más importante y seria.

No se trata solo de dejar nuestra descendencia, es asumir el compromiso de educar para el futuro, de formar los hombres y las mujeres del mañana.

Ciertamente llegará un día que esos niños de hoy no nos necesitarán para andar, para transitar la senda que elijan seguir en la vida, pero por lo pronto, y mientras son niños, tenemos el deber de guiarlos, protegerlos y defenderlos de los peligros que puedan acecharlos. 

Siempre he sentido que en nuestro país, a pesar de contar con una legislación especial para garantizar los derechos fundamentales y tratar los casos judiciales en que se encuentren involucrados las niñas, niños y adolescentes,  la protección a este segmento de la sociedad no es suficiente.

Las penas por maltrato, abandono y negligencia, causantes de traumas físicos y mentales a los niños, no son suficientes.

Pero eso no es lo peor, lo más grave es que tanto en estos casos, como en  los de violencia intrafamiliar  y de género, las autoridades solo actúan cuando es demasiado tarde, es decir, cuando la víctima  de esa violencia muere a manos de su verdugo.
 
A mediados de la semana pasada, presencié con estupor la noticia de que en la unidad de cuidados intensivos del hospital infantil doctor Arturo Grullón de Santiago, un niño de seis años murió intoxicado por la ingesta de un ron haitiano conocido con el nombre de “Chancelier”. 

La primera información fue que el infante habría encontrado la bebida en la calle, pero uno de sus familiares, su abuelo, no cree esa versión y llama a la policía a investigar, seguro de a que su nieto, la bebida se la suministró un adulto.

Sea cual sea la vía a través de la cual el niño tuvo acceso a ese ron, los mayores a cargo de su cuidado son los responsables y deben responder y pagar por su negligencia.

Hechos como este y muchos otros que no son publicados en los medios de comunicación son los que nos demuestran el elevado grado de abandono en que viven nuestros niños y la inconciencia de algunos adultos, porque si alguien le suministró esa bebida al niño, cometió un crimen y como criminal debe pagar por ello.l

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas