Desde que se implementó el uso de los alimentos congelados, en los años 30, cada vez se encuentra en los supermercados una mayor variedad de alimentos refrigerados que van desde carnes, mariscos, hasta verduras y frutas. Incluso, muchos vienen listos para comer. Los productos congelados pueden ser más convenientes que los productos frescos por muchas razones; entre ellas, la comodidad, ya que permite programar compras más espaciadas, además de contar con la disponibilidad del producto en las raciones que más nos convienen y a veces, los alimentos congelados son más baratos que los frescos. También, evitamos el tener que desechar alimentos que han perdido su frescura y que no están aptos para consumirlos.
Los congelados no generan desperdicios ni trabajo extra, ya que están preparados para que los cocinemos directamente sin que tengamos que limpiarlos.
No obstante, de acuerdo con Alberto Santana, gastroenterólogo del Centro de Medicina Avanzada Abel González, cuando los alimentos pasan de tres meses congelados tienden a perder nutrientes, en especial las proteínas.
Esto se puede constatar en las etiquetas de los productos en donde está la fecha en que fueron congelados. La congelación puede dañar a algunos alimentos debido a que la formación de cristales de hielo rompe las membranas celulares. Este hecho no tiene efectos negativos en términos de saludz1 (de hecho, también mueren células bacterianas), sin embargo, el alimento queda menos crujiente o firme.
Entre los alimentos que no resisten la congelación se encuentran: las verduras para ensaladas, los hongos, las papas, el huevo y los lácteos. Los alimentos con mayor contenido de grasa, como la nata y algunas salsas, tienden a cortarse cuando se congelan.
Cómo descongelar
El especialista comenta que es importante saber cómo descongelar cada tipo de alimento para que mantengan las mismas propiedades que antes de estar congelados. Dice que para descongelar los alimentos, ya sean comprados o congelados por uno mismo, no basta con meterlos al microondas. De hecho, muchas veces, al descongelar de este modo, los alimentos pierden mucha agua, quedándose secos, con poca consistencia y, por ende, con poco sabor. “Lo ideal es comenzar a descongelar los alimentos el día antes de consumirlos, si están muy congelados, o sacarlos de la nevera el mismo día temprano”, recomienda el especialista.
Debes saber que un alimento que se ha descongelado no se puede volver a congelar, dice el experto, a menos que lo cocines antes. Así, que si no vas a consumir todo lo que está en el paquete, lo mejor es que hagas varias divisiones con las raciones justas para cada vez.
Si compras productos congelados, es importante que no “rompas la cadena del frío”, es decir, que estén el menor tiempo posible fuera del congelador. Toma los congelados justo antes de salir del supermercado y utiliza una bolsa térmica para llevarlo a casa; de este modo, garantizarás la perfecta conservación de los alimentos. Una recomendación es no adquirir el producto si el paquete está abierto, roto o aplastado en los bordes, o si tiene escarchas de hielo, ya que esto denota un descongelamiento (ruptura de la cadena de frío).
Resulta muy difícil establecer un tiempo recomendado de almacenamiento para cada tipo de alimento congelado en el hogar, dependerá no sólo del producto, sino también de su calidad y frescura inicial, de su posterior manipulación y condiciones de almacenamiento.
Recuerda que lo primero que entra al freezer de la nevera es lo primero que debes consumir. Sitúa los productos recién comprados detrás de los que ya estaban dentro. Esto hará más fácil que puedas encontrar los alimentos caducados o en mal estado.
Cómo congelar los alimentos en casa
Pescado. Teniendo en cuenta que a las tres horas de su captura empiezan ya a aparecer en el pescado sustancias nocivas que pueden provocar reacciones alérgicas e intoxicaciones, es recomendable comprar pescado ultracongelado, que sea a nivel industrial. Si compra pescado fresco en el mercado consúmalo inmediatamente. No lo congele de nuevo en casa si ya lo había estado antes.
l Mariscos. Deben congelarse crudos, en bandejas y separados unos de otros. Para descongelarlos es suficiente meterlos en agua hervida con sal durante tres minutos.
l Papas y pastas. Estos alimentos no son aptos para la congelación. Las primeras, se endurecen y las segundas, se ablandan. Tampoco resisten bien la congelación la lechuga y los hongos en todas sus variedades.
l Legumbres y frutas. Se prestan bien a la congelación siempre que estén maduras, sean frescas y no tengan picaduras de insectos, moho o manchas. Las legumbres deben lavarse y dejarse secar. En cuanto a las frutas, éstas deben pelarse antes o lavarlas y luego cubrirlas con azúcar o almíbar.
