La psicóloga Lucía Perelló, directora del IDEP, facilita algunas herramientas para detectar si los niños son víctima de acoso escolar. Al momento de relacionarse con los demás y reaccionar ante los estímulos del ambiente, la personalidad del niño juega un papel estelar. Se habla de bulling o acoso escolar cuando uno o varios niños agreden a otro constantemente de manera física, verbal y/o no verbal. Normalmente se da a partir de los siete años ,sin embargo, es más común en la adolescencia.
La psicóloga Lucía Perelló, directora del Instituto de Desarrollo Educativo y Psicológico (IDEP), afirma que la primera cara de la moneda es el niño que acosa a otros. Se desconoce una causa en particular que desencadene esta conducta, sin embargo, existen varios factores que pueden influir, entre ellos un ambiente familiar donde el protagonista soluciona los problemas de manera violenta aumentando las probabilidades que el niño entienda que así debe relacionarse con sus iguales. La forma de actuar de cada niño también puede ser un factor determinante, tienden a mostrar poca empatía por los sentimientos de los demás.
La experta explicó que una baja autoestima lleva al niño a ejercer poder sobre los demás para sentirse superior y llamar la atención. “La baja autoestima los hace más vulnerables ante las malas influencias de los demás compañeros, con el fin de ser aceptados”, dijo.
También asegura que del otro lado están las víctimas y, como usualmente los niños no cuentan lo que les sucede los padres deben estar atentos a si los pequeños se niegan a ir al centro educativo, si tienen cambio en el estado de ánimo; si se ponen tristes, irritables o temerosos. Más en www.elcaribe.com.do