Cuatro veces más pobres

Para tener una idea de lo que se pagará por el déficit fiscal legado por las administraciones del expresidente Fernández, bastarían…

Para tener una idea de lo que se pagará por el déficit fiscal legado por las administraciones del expresidente Fernández, bastarían los argumentos del exmandatario y sus principales funcionarios sobre los efectos de la crisis bancaria del 2003.

Durante ocho años, incansablemente nos dijeron que la quiebra del Baninter produjo un millón adicional de pobres, cuyas consecuencias aún estamos pagando tanto tiempo después. El hoyo financiero originado por esa quiebra fraudulenta fue del orden de los 55 mil millones de pesos.

El déficit fiscal resultante del manejo inadecuado e irresponsable del presupuesto nacional por los dos últimos mandatos de Fernández ha sido estimado en 187 mil millones de pesos, con tendencia a llegar a los 200 mil millones a final del año, casi cuatro veces mayor que el primero. Tenemos pues que, aceptando como válido el argumento oficial respecto a lo sucedido en el 2003, las consecuencias deberían ser cuatro millones de pobres más y por lo menos 20 ó 25 años para recuperarnos de sus efectos.

Si a esto agregamos el impacto de la reforma fiscal propuesta por la actual administración y validada por la cúpula del partido gobernante, a la clase media y los pobres de este país no les quedará más remedio que morirse, los que tengan suerte, o sumirse en una espantosa desesperación aquellos que aún gozan de buena salud. Todos los razonamientos de la clase empresarial y los economistas indican que el sendero asumido por el gobierno sólo traerá más restricciones y desesperanza a la población, aumento del desempleo y encarecimiento del costo de la vida, lo cual elevará el nivel de inequidad social que caracteriza la sociedad dominicana. Nos esperan pues situaciones muy difíciles, por la falta de voluntad para encarar el grave problema del gasto excesivo, y la aprobación de nuevos impuestos fomentará ese gasto, lo que generará más déficit, más pobreza y corrupción.

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