Cuando las calles de RD se visten de Navidad

Desde finales noviembre el aire navideño comenzó a sentirse en nuestro país: los especiales de temporada en las tiendas, la brisa…

Desde finales noviembre el aire navideño comenzó a sentirse en nuestro país: los especiales de temporada en las tiendas, la brisa fresca que ilusamente calificamos de “fría” en el Caribe, y lo peor de todo, el transito se vuelve más caótico.

Pero para la mayoría de los dominicanos la inminente llegada de la Navidad se convierte en una realidad palpable cuando escuchan el tradicional locutor de “Cima sabor navideño”, quien se hace acompañar de merengues populares, aquellos se mantienen con el paso de los años. A esto se le suman los adornos y decoraciones que aparecen en las calles, casas, comercios, instituciones y demás establecimientos.

En este aspecto, la creatividad e ingenio del dominicano no tiene límites. El arte en su máxima expresión se ve reflejado claramente en las calles. No se contentan con tan sólo un pequeño árbol de Navidad en las salas de sus hogares. Las luces y adornos invaden hasta el más pequeño rincón de los barrios, y la magia que envuelve estas fechas se convierte en una realidad palpable.

A pesar que la costumbre de colocar el árbol de Navidad en nuestro país llegó con la Intervención Norteamericana de 1916, estas decoraciones ya son nuestras. Queda en evidencia  en los barrios: los arboles se decoran con botellas y fundas plásticas, latas y cajas de jugos vacías hasta cascaras de huevos. El empleo de materiales poco convencionales, pero a la vez cotidianos, y los mensajes que incluyen las decoraciones realizadas, así como también los procesos participativos que se desarrollan entre vecinos, es una muestra de pasión por las artes.

Al final es una obra de todos. En Santiago, donde se desarrollan las mejores expresiones, se realizan verdaderas obras de arte, con niveles artísticos y creativos increíbles. Lo mismo ocurre en algunos barrios de la ciudad de Santo Domingo. En este escenario se elabora todo un programa de actividades, pero la falta de seguridad, el bandolerismo y la falta de de apoyo de algunos ayuntamientos han hecho posible su disminución y en varios casos la desaparición de esta actividad artística.  

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