Carlos Batista destronado

Hasta hace un tiempo era el más caro. Pero ya no. En la presentación de su popular programa “Con los Famosos”, tendrán que corregir el audio, para que en lo adelante diga, “el más caro, después del Banc

Hasta hace un tiempo era el más caro. Pero ya no. En la presentación de su popular programa “Con los Famosos”, tendrán que corregir el audio, para que en lo adelante diga, “el más caro, después del Banco Central”.La República Dominicana tiene el Banco Central (BCRD) más caro entre todos los países de Centroamérica. Más caro, incluso, que el de Chile. Del 2002 al 2011, los gastos generales y administrativos del BCRD aumentaron en 302% en pesos y 85% en dólares.

En el 2010 los bancos centrales de El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Guatemala, Honduras y Chile operaron con gastos generales y administrativos ascendentes a US$15.7, US$20.8, US$40.9, US$41.4, US$64.7 y US$75.4 millones, respectivamente. Ese mismo año, el BCRD necesitó para operar la suma de US$156.2 millones, más del doble que lo consumido por el Banco Central de Chile y diez veces más de lo gastado por el Banco Central de Reserva de El Salvador.

Mientras que a cada chileno el Banco Central de su país le costó 4.42 dólares en el 2010, a cada dominicano le costó 15.81, casi cuatro veces más. A cada dominicano, el BCRD nos costó seis veces más que lo que le costó el suyo a cada salvadoreño.

Alguien podría señalar que la diferencia se debe a que nuestro BC tiene que administrar enormes reservas de divisas y por eso, nos cuesta más. Ese argumento resiste menos que una cucaracha en un gallinero. El Banco Central de Chile, con gastos generales y administrativos de US$75.4 millones en el 2010, administró reservas internacionales netas (RIN) que promediaron US$25,741 millones. Nosotros en cambio, tuvimos que erogar US$156.2 millones, más del doble que lo erogado en Chile, para administrar un promedio de RIN de US$2,531 millones, diez veces inferiores a las de Chile. Como se puede advertir en uno de los gráficos que presentamos, mientras los gastos generales y administrativos de los bancos centrales de Chile, El Salvador, Guatemala, Costa Rica, Nicaragua y Honduras representaron entre el 0.29% y el 2.95% de las RIN de sus bancos centrales, en nuestro caso, esos gastos alcanzaron el 6.17% de las RIN del BCRD, 5.3 veces el promedio de los países analizados.

Otros podrían argumentar que no sólo deben tenerse en cuenta las reservas, sino también la magnitud de los agregados monetarios que los bancos centrales monitorean para controlar la inflación. Sin embargo, cuando se calculan los gastos generales y administrativos de los bancos centrales como % de la oferta monetaria en sentido amplio, incluyendo los depósitos y valores en moneda extranjera (M3), el BCRD registra el más alto entre todos los bancos centrales analizados. Mientras en Chile los gastos como % de M3 alcanzan el 0.04%, aquí ascienden a 0.98%, 25 veces más. Alguno dirá que no tomamos en cuenta las economías de escala. Si ese contra-argumento fuese válido entonces El Salvador, que tuvo un M3 promedio de US$10,477 millones en el 2010, 34.5% más bajo que el nuestro, debió tener un porcentaje de gastos generales y administrativos con relación a M3 mayor que el nuestro. ¿Resultó así? No. El Banco Central de Reserva de El Salvador tuvo gastos generales y administrativos de 0.15% de M3, 6.5 veces menor que el nuestro.

El problema es que el BCRD parece estar contagiado por el despilfarro de recursos que afecta al Gobierno central y al bolsillo de todos los dominicanos. Pocos saben que el BCRD es el único Banco Central del mundo que se promociona con “spots” de televisión. Algunos señalan que tiene una nómina enorme de periodistas que hacen “relaciones públicas” en los medios radiales, televisivos y de prensa escrita para resaltar el extraordinario trabajo de sus autoridades.

Chile, un país con 17 millones de habitantes tiene un Banco Central con 620 empleados. Nosotros, con apenas 10 millones de habitantes, nos damos el lujo de tener un Banco Central con 2,143 empleados. El BCRD tiene en la práctica un total de empleados equivalente a la suma de los empleados de los bancos centrales de Chile, Guatemala, Nicaragua y El Salvador.

Un estudio econométrico reciente realizado por Héctor Valle Samayoa, economista del Banco Central de Guatemala, determinó que nuestro Banco Central, con las funciones que realiza, debería operar con 865 empleados. Fíjese que la sugerencia es prudente, pues permitiría al BCRD manejarse con 245 empleados más que el de Chile. Según ese estudio, el BCRD es el más ineficiente de toda América Latina, seguido por el de Venezuela.

Algunos se estarán preguntando a qué viene este tema. La razón es que al igual que “la mujer del César”, el BCRD no solo tiene que estar descapitalizado, sino también parecerlo. El BCRD ha exigido al Gobierno año tras año aportes crecientes para su capitalización. Del 2005 al 2012 habrá recibido RD$84,562 millones. Si el BCRD fuese eficiente, gastaría menos y el Gobierno podría asignarle menos dinero para su capitalización y más a la educación. Un BCRD más austero sería beneficioso para todos.

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