Buen final

La República Dominicana y Haití dieron un paso de avance significativo ayer con la tercera reunión de la Comisión Bilateral de Alto Nivel.

La República Dominicana y Haití dieron un paso de avance significativo ayer con la tercera reunión de la Comisión Bilateral de Alto Nivel. Puede considerarse que constituye un punto de partida de una nueva etapa en las relaciones en la isla.

Después de la sentencia 168-13 y la primera reunión bilateral del 7 de enero en Juana Méndez, vivimos momentos muy difíciles, pero aparentemente necesarios para que se produjera la declaración de Juan Dolio, que ha sentado los ejes fundamentales para unas relaciones adecuadas, tranquilas y fructíferas.

En ese sentido, es muy justo el mutuo reconocimiento de los comisionados cuando afirman que “las dos partes se felicitan por su valiente decisión de dejar atrás las inercias del pasado para enfrentar juntos los desafíos. Las dos partes miramos al futuro con optimismo”. Habría que reconocer en ese empeño a los ministros Gustavo Montalvo y Laurent Lamothe, quienes se esforzaron para que el diálogo llegara a su fin. Es justo reconocerlo.

Ha sido oportuno y conveniente que se despejaran las brumas y las incomprensibles medidas unilaterales que obstruyen el intercambio comercial y se establecieran las reglas para la transportación y control aduanero. El resto de las disposiciones de hecho ya están en desarrollo y competían fundamentalmente a los dominicanos, como el plan de regularización. Satisface que el gobierno haitiano se comprometa a colaborar para facilitar y abaratar la documentación de sus ciudadanos en República Dominicana.

Asimismo, es bueno que se comprometieran a suscribir un acuerdo de extradición que complemente las políticas de seguridad, lo mismo que la disposición dominicana de apoyar algunos programas tendentes a mejorar algunas áreas de la economía haitiana y la vida de sus habitantes.

Todo eso, orlado por la participación de empresarios haitianos y dominicanos decididos a crear una comisión para la promoción de la inversión binacional, lo que sería más interesante si esa inversión se concentra a ambos lados de la frontera.

Todo ha sido muy positivo, pero a la postre carecerá de valor si las partes no respetan lo pactado.

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