Arte cubano en Santo Domingo

En esta ocasión nos vamos a centrar en la producción visual del artista Magdiel Wilfredo Toledo, de quien se exhiben numerosos trabajos por estos días en la sala de exhibición del Museo de las Casas Reales, de esta nuestra ciudad primada de América.

En esta ocasión nos vamos a centrar en la producción visual del artista Magdiel Wilfredo Toledo, de quien se exhiben numerosos trabajos por estos días en la sala de exhibición del Museo de las Casas Reales, de esta nuestra ciudad primada de América.

El artista presenta un conjunto de piezas bajo el título “Crónicas Urbanas,” que revelan elementos de su lar nativo. No obstante, existen otros códigos que nos hacen estar frente a un cuerpo de obras tras fronteras, pues el concepto abordado en cada escena nos remite a momentos que bien logran concreción en nuestras sociedades o bien pudieran recordarnos episodios de nuestras vidas pasadas o presentes.

Se registran obras que establecen un drama singular, pero que no dejan de ser realidades. Así nos encontramos piezas como “American Dream”, el denominado sueño americano que sigue cobrando adeptos, sobre todo en los que habitan los espacios del gran Caribe, quienes en buena medida siguen teniendo como referente de progreso el suelo norteamericano.

Ahora bien, no se trata de que escapas de un Estado a otro Estado y en este último todas tus necesidades quedan resueltas. He aquí un paradigma que con el tiempo trae sus consecuencias, sobre todo en aquellos que se arriesgan en busca de mejor suerte, a pesar de que hay quien la tiene.

Nostalgia, risa, desenfado y otro tipo de emociones afloran al estar frente a una u otra composición, pues somos testigos del llamado sentido de pertenencia que deviene de nuestras raíces y en esta ocasión se exalta en obras como “Serenata” o “Seducción”. En la primera, se registran elementos que nos remiten al bolero cubano y, en la segunda, la irresistible tentación de los caribeños  a la mujer o al café, ambas son seducciones que resultan tentadoras.

La muestra está diseñada para que el menos entendido la pueda disfrutar. Sin embargo, si se ha estado alguna vez por lo menos en La Habana y se ha logrado penetrar en el “pueblo”, es seguro que se comprenderá mejor la decodificación social que muestra el artista en sus piezas. l

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