Apto para cardíacos

Han sido varias las películas -sobretodo comedias- en las que se ven historias de personas mayores que padecen un episodio cardiaco en pleno…

Apto para cardíacos

Han sido varias las películas -sobretodo comedias- en las que se ven historias de personas mayores que padecen un episodio cardiaco en pleno…

Han sido varias las películas -sobretodo comedias- en las que se ven historias de personas mayores que padecen un episodio cardiaco en pleno acto sexual. Tal es el conocimiento de este percance, que muchos tienden a hacer referencia a esta situación cuando se está frente a un compañero o compañera considerado como sexualmente muy activo.

La problemática, más que orgánica, llega a ser mental. La concepción del sexo como un maratón en donde hay que demostrar agilidad, versatilidad y capacidad de aguante es una visión errada que puede llegar a ser perjudicial incluso para las personas sanas.

La sexualidad es una necesidad fisiológica del humano, y por lo tanto debe ser cubierta, pero no solo físicamente, sino también desde una perspectiva emocional. Esta situación afecta todavía más a las personas que tienen una condición cardiaca.

Ser hipertenso te expone a una posible condición cardiaca, por lo tanto requiere seguimiento. Está asociada a múltiples enfermedades y también afecta de manera directa en el sexo. En los hombres puede producir difusión eréctil. Las mujeres también pueden padecer de una deficiencia en la circulación sanguínea, algo que puede desembocar en una mayor sequedad vaginal y dificultad para excitarse, un obstáculo evidente para alcanzar el orgasmo.

El Dr. Licurgo Jacob Cruz D., cardiólogo Internista, nos dice que el sexo no está contraindicado a menos que sea una persona que se encuentre en un estado de salud muy delicado. «Es cierto que a algunos pacientes con afección cardiaca muy limitante le prohibimos tener sexo, dado a que su condición a veces los limita hasta para caminar o realizar actividades cotidianas, sin embargo, se puede ser sexualmente activo, siempre con la anuencia de su cardiólogo».

Hay precauciones a tomar en cuenta las cuales pueden conferir seguridad, tanto a la pareja como a la persona que padece la limitante. El Dr. Cruz, recomienda abstenerse de consumir potenciadores sexuales sin receta médica y llevar una vida saludable. Otras recomendaciones son restringirse en cuanto a la duración del acto sexual. «La frecuencia e intensidad estar‡ dada por los síntomas y afección cardiaca del paciente. Entendemos que no se debe de privar al paciente, pero hay que concienciar para que esto no traiga consecuencias no favorables» añade el galeno.

 

La edad sí importa

Otra realidad a enfrentar es la edad. El inicio de la decadencia sexual tanto en el hombre como en la mujer coincide con el hecho de que a estas edades se es más propenso a padecer problemas cardíacos, por tanto se debe llevar una vida activa, con rutinas de ejercicios que hagan al cuerpo más resistente a la hora de enfrentarse a una deficiencia de este tipo.

La edad es un factor de riesgo independiente para el desarrollo de enfermedad cardiovascular, presentándose con mayor frecuencia por encima de los 55 años en los hombres y 65 años en las mujeres. En cuanto al sexo, estas afectaciones son más frecuentes en los hombres que en las mujeres hasta los 60 años, cuando se observa que la incidencia se iguala. No importa si se es hombre o mujer, al momento de la actividad sexual, la diferencia existe en la capacidad o tolerancia que se tenga al ejercicio.

 

 

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Han sido varias las películas -sobretodo comedias- en las que se ven historias de personas mayores que padecen un episodio cardiaco en pleno acto sexual. Tal es el conocimiento de este percance, que muchos tienden a hacer referencia a esta situación cuando se está frente a un compañero o compañera considerado como sexualmente muy activo.

La problemática, más que orgánica, llega a ser mental. La concepción del sexo como un maratón en donde hay que demostrar agilidad, versatilidad y capacidad de aguante es una visión errada que puede llegar a ser perjudicial incluso para las personas sanas.

La sexualidad es una necesidad fisiológica del humano, y por lo tanto debe ser cubierta, pero no solo físicamente, sino también desde una perspectiva emocional. Esta situación afecta todavía más a las personas que tienen una condición cardiaca.

Ser hipertenso te expone a una posible condición cardiaca, por lo tanto requiere seguimiento. Está asociada a múltiples enfermedades y también afecta de manera directa en el sexo. En los hombres puede producir difusión eréctil. Las mujeres también pueden padecer de una deficiencia en la circulación sanguínea, algo que puede desembocar en una mayor sequedad vaginal y dificultad para excitarse, un obstáculo evidente para alcanzar el orgasmo.

El Dr. Licurgo Jacob Cruz D., cardiólogo Internista, nos dice que el sexo no está contraindicado a menos que sea una persona que se encuentre en un estado de salud muy delicado. «Es cierto que a algunos pacientes con afección cardiaca muy limitante le prohibimos tener sexo, dado a que su condición a veces los limita hasta para caminar o realizar actividades cotidianas, sin embargo, se puede ser sexualmente activo, siempre con la anuencia de su cardiólogo».

Hay precauciones a tomar en cuenta las cuales pueden conferir seguridad, tanto a la pareja como a la persona que padece la limitante. El Dr. Cruz, recomienda abstenerse de consumir potenciadores sexuales sin receta médica y llevar una vida saludable. Otras recomendaciones son restringirse en cuanto a la duración del acto sexual. «La frecuencia e intensidad estar‡ dada por los síntomas y afección cardiaca del paciente. Entendemos que no se debe de privar al paciente, pero hay que concienciar para que esto no traiga consecuencias no favorables» añade el galeno.

 

La edad sí importa

Otra realidad a enfrentar es la edad. El inicio de la decadencia sexual tanto en el hombre como en la mujer coincide con el hecho de que a estas edades se es más propenso a padecer problemas cardíacos, por tanto se debe llevar una vida activa, con rutinas de ejercicios que hagan al cuerpo más resistente a la hora de enfrentarse a una deficiencia de este tipo.

La edad es un factor de riesgo independiente para el desarrollo de enfermedad cardiovascular, presentándose con mayor frecuencia por encima de los 55 años en los hombres y 65 años en las mujeres. En cuanto al sexo, estas afectaciones son más frecuentes en los hombres que en las mujeres hasta los 60 años, cuando se observa que la incidencia se iguala. No importa si se es hombre o mujer, al momento de la actividad sexual, la diferencia existe en la capacidad o tolerancia que se tenga al ejercicio.

 

 

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