Álex entra de manera formal al círculo del desprecio en Grandes Ligas

Alexander Emmanuel Rodríguez Navarro acaba de ser inscrito en el mural de la infamia de las Grandes Ligas.

Alexander Emmanuel Rodríguez Navarro acaba de ser inscrito en el mural de la infamia de las Grandes Ligas. Su sanción de 211 partidos, pendiente de una apelación que iniciará en verano y probablemente se decida en el invierno, le coloca automáticamente al lado de los grandes que cargan con la terrible marca de los esteroides, lo que se ha convertido en un muro gigante que impide el avance hasta la tierra sagrada del Salón de la Fama.

Cargar con la suspensión más draconiana que el juego haya conocido por vínculos con sustancias prohibidas basta y sobra para que Álex Rodríguez, quien en 1993 era el destinado a romper todos los récords del juego, el enviado para desplazar a Babe Ruth y Hank Aaron en los libros de récords, sea ubicado en el círculo de la infamia.

El otrora paracorto estelar, propietario de los dos contratos más ricos en los registros del béisbol, hace pareja con Barry Bonds como los dos jugadores de posición con mayores estadísticas y menos valoración positiva en el electorado de Cooperstown que el juego jamás conoció.  Es lamentable, pero una posición difícil de refutar en estos momentos.

Le acompañan en esa  boleta Rafael Palmeiro, Mark McGwire y Roger Clemens, tres titanes de décadas recientes en el negocio que tienen fuertes nexos con los esteroides y han sido castigados  con el látigo de la indiferencia por  los electores del máximo honor del juego.

Metas pendientes

Rodríguez cuenta con varias metas pendientes, pero en esta ocasión el tiempo no es su mejor aliado.

En su radar se encuentran los 3,000 imparables, con lo que se uniría a Aaron, Willie Mays y Palmeiro como los únicos con esa cantidad de hits y 500 o más cuadrangulares. De igual forma inició la jornada de ayer a 50 remolcadas de las 2,000, un club que tiene a tres mortales como miembros: Aaron, Ruth y Cap Anson. Bonds se quedó a cuatro para entrar.

Tiene tres premios al Más Valioso y una colección de lauros para regarlar: Bates de Plata, Guantes de Oro, Juegos de Estrellas, un anillo de campeón, en fin.  Lo ha hecho todo.  Sus números no los borra nadie. Puede que tampoco la mancha en su carrera.

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