Ahora a atraer a las estrellas

Ha quedado comprobado que el cambio de formato en la Serie del Caribe ha agregado ese toque dramático que debe tener cada competencia. Si bien habrá que arreglar en el camino algunos cabos sueltos de menor importancia, hay que acotar…

Ha quedado comprobado que el cambio de formato en la Serie del Caribe ha agregado ese toque dramático que debe tener cada competencia.

Si bien habrá que arreglar en el camino algunos cabos sueltos de menor importancia, hay que acotar que en Margarita, contrario a ocasiones anteriores, se sabrá quién será el campeón el día final de la competencia.

Sin embargo, después de ganar esta batalla, la Confederación de Béisbol del Caribe debe apuntar a traer de regreso a los jugadores estrellas de las ligas invernales que son miembros de ese organismo.

Ya sabemos que ninguno de los equipos que intervienen en Puerto Rico, Venezuela, México y República Dominicana tiene peloteros. O sea, no son dueños de sus peloteros.

Este caso de da más en Venezuela y en República Dominicana, que son los países donde más jugadores de cartel participan. Esto, de entrada, complica un poco el asunto. Entiendo que si existe voluntad de la confederación y de las ligas invernales, tomando en cuenta que cada caso es particular, se podría volver al esplendor de años anteriores.

Las grandes luminarias se han alejado de ese evento es básicamente por la fecha en la que se lleva a cabo. Está justo al lado del inicio de los campos de entrenamientos de las Grandes Ligas, así que los peloteros optan por descansar durante el poco tiempo que hay entre el final de una liga invernal y el comienzo de los campos de entrenamiento de las Mayores.

Después de todo, esa es una decisión entendible. Es que, por ejemplo, los peloteros dominicanos se marchan a principios de febrero y no regresan hasta octubre. Hablamos de nueve meses lejos de casa y lejos de la familia. Pedir que participen en el invierno es mucho, imagínense en la Serie del Caribe.

Las ligas deben ponerse de acuerdo y acortar el calendario, de modo que cuando termine la Serie del Caribe los peloteros consigan el tiempo para tener el pequeño descanso que tanto necesitan.

En nuestro caso, pudiésemos sacar tiempo acortando a menos en cinco partidos la serie regular, quizás tres jornadas en el Round Robin o cambiar el formato a dos semifinales de nueve choques y, por último, celebrar una Serie Final de siete juegos.

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